jueves, 25 de junio de 2009

Arcediano, prioridad en un mar de dudas

Arruba, el director de la CNA, José Luis Luege, y el gobernador Emilio González Márquez, al inaugurar en la CANACO el banco de agua del Lerma. Abajo, el sitio de Arcediano, cuando existía el puyente hoy desmontado. Fotos de Abraham Pérez y de Marco A. Vargas



La Comisión Nacional del Agua urge a definir el proyecto; se deberá demostrar la viabilidad técnica y financiera del proyecto de la CEA, y determinar si el contexto económico permite construirlo: CNA.


Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO


La Comisión Nacional del Agua (CNA) mantiene su apuesta por el proyecto de la presa en Arcediano, pero se deberán aclarar las dudas técnicas y demostrar su viabilidad financiera, con el tiempo jugando en contra, admitió ayer el titular del organismo federal, José Luis Luege Tamargo.
“La semana pasada me reuní con el director de la Comisión Estatal del Agua [CEA, César Coll]; nos hizo una presentación muy amplia; yo estoy convencido que es necesario, estratégico, pero está sujeto a que se presente de forma definitiva para ser evaluado por un grupo más amplio, el Consultivo Técnico de la CNA; ahí se evaluará la parte técnica y nosotros tendremos que evaluar la parte financiera, porque esta cortina [de la presa] originalmente tenía una estimación de dinero a invertir, que evidentemente se va a ver incrementada”, explicó, tras inaugurar el banco de agua de la región, segundo en el país, acompañado del gobernador Emilio González Márquez.
El funcionario evitó el debate, luego que se dio a conocer que la CEA decidió cambiar el proyecto de cortina, originalmente concebido con materiales graduados, al de concreto compactado, lo que incrementaría entre 50 y 100 por ciento los costos del proyecto (Público, 16 de junio de 2009). Pero no se pudo sustraer ante la andanada de preguntas.
—¿Existe la posibilidad de que se pierda el dinero que el gobierno federal está aportando por la tardanza en definir?
—No exactamente; la CNA, el gobierno federal y el gabinete de infraestructura consideran a Arcediano como un proyecto estratégico […] pero las circunstancias económicas del país y de todo el mundo ponen en duda la posibilidad [de hacerlo]; entonces, todo va a depender de la justificación socioeconómica que hagan la CNA y la Secretaría de Hacienda sobre el proyecto definitivo.
¿Qué podría suceder? “Que se tengan problemas en cuanto a la disponibilidad del recurso, o que el costo esté muy por encima de la justificación”.
—¿Estará definido en dos meses?
—Cuando me dicen dos meses, yo digo que en un mes, porque vamos contra el tiempo; es importante que la justificación socioeconómica la tengamos cuanto antes, porque todos sabemos y entendemos las circunstancias.
—Pero si se tienen dos proyectos que resuelven un problema técnico, tiene que optarse por el más barato, ¿no?
—Sí, pero son muchas cuestiones de carácter técnico; para material graduado estás hablando de un volumen que es casi una presa de roca, tiene que tener bancos de material, considerar la transportación, es mucho más gasto cuando no tienes los bancos cerca, y si el embalse te manda a una distancia muy grande y a esas dimensiones del proyecto, imagínate, es como si transportaras una montaña; en ese caso, se propone mejor una montaña de concreto, y para eso tengo que cimentar, pues cimiento, no hay mayor problema; los obstáculos técnicos se salvan con tecnología y con dinero.
Si el proyecto se encareciera, añadió, se puede programar la obra a más años para poder absorber los costos. Tampoco descartó negociar que el gobierno federal aportará más de 40 por ciento, que es el porcentaje actualmente comprometido.
En contraste, Luege Tamargo consideró la presa en El Zapotillo como algo definitivo. “Si no hacemos El Zapotillo no hay plan B, sólo tomar el agua de [el lago de] Chapala y seguir extrayendo del acuífero en zona metropolitana [...] nosotros estamos impulsando todos los proyectos a nivel nacional de aprovechamiento de escurrimientos con dos objetivos: evitar la sobreexplotación de acuíferos subterráneos, y recuperar cuencas en la parte alta: reforestación, recuperación de suelos, pago por servicios ambientales, pago por plantaciones comerciales; por esa razón los beneficios sociales asociados al proyecto son altísimos, aquí lo importante es una buena negociación y que a la gente se le apoye con absoluta justicia en el pago de sus bienes y en la recuperación de sus viviendas”, subrayó.
El Banco de Agua inaugurado ayer es el segundo, tras el que se constituyó en 2008 en la región Cuencas Centrales del Norte, que abarca Zacatecas, San Luis Potosí, y porciones de estados vecinos.


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Inauguraron el Banco de Agua del Lerma-Santiago
Buscan ordenar un mercado caótico

Una empresa refresquera enclavada en Guadalajara debe pagar al SIAPA 31 pesos por cada mil litros de agua que utilice para fabricar sus bebidas. Mil litros de refresco en una presentación de 355 mililitros da casi 2,800 porciones con un valor de mercado superior a catorce mil pesos. Aún así, el director de la Comisión Nacional del Agua (CNA), José Luis Luege Tamargo, no considera que ese bajísimo precio pagado por la materia prima sea clave en el análisis de la escasez y la mala distribución del líquido en el país.
“Respeto mucho a quienes sostienen esa idea, pero las empresas sí pagan el agua”, atajó ayer el funcionario, de visita en Guadalajara, al abordar lo que sí y lo que no se puede hacer con un banco de agua como el que ayer puso en funcionamiento, el segundo de toda la república.
No obstante, aceptó que la tasa cero en el agua para la agricultura, consumidora de al menos 70 por ciento del recurso en todo el territorio nacional —que incluso goza de subsidio en la tarifa eléctrica—, sí pervierte las normas y costumbres en torno al líquido.
“Ese es parte del tema central de la instalación de los bancos de agua; transparentar, dar toda la información al usuario, evitar la corrupción y las acciones fraudulentas, y quiero decir que el empresario sí paga el agua…”, insistió.
—Pero la pagan sólo como un suministro, no como materia prima.
—No, la pagan como cuota industrial, que dependiendo de la zona del país es mucho más alta que la doméstica…
—¿Le parece proporcional a la ganancia que ellos obtienen?
—Eso ya no me corresponden a mí como autoridad del agua […] por otro lado, pienso que el tema agrícola está asociado a una herencia de carácter social, de carácter político, que debemos de atender y resolver; la CNA está actuando por el lado positivo, imagínate que yo me mueva con los diputados y les diga que le pongamos una cuota a cada metro cúbico para uso agrícola en todo el país, pues no me la van a pagar; estamos yendo por la tecnificación, por la reducción del volumen…
—Además se subsidia la tarifa eléctrica en el campo, y se estimula el desperdicio…
—Nosotros estamos de acuerdo que debe haber un pago de derechos por metro cúbico, independientemente de la infraestructura de los distritos y de la infraestructura eléctrica en las unidades de riego, pero es un tema que hay que empezar a caminar.
—¿Qué tan contradictorio es esto con el derecho humano al agua, que es una discusión universal?
—No tiene ninguna contradicción; la Constitución mexicana considera el agua un bien de la Nación; México no tiene ese problema, es un bien público, pero el servicio para que tu recibas agua en tu casa obliga a un pago que no contraviene este derecho fundamental de la persona; yo no veo ninguna contradicción […] En otros países es distinto por el concepto de propiedad, se convierte en dueños del agua un particular, y a mí me parece una posición incorrecta, que no se tiene en nuestro país.
Luege Tamargo dijo que los bancos de agua son instituciones que ayudan a reducir dispendios y desigualdades.
“Por ejemplo, muchos usuarios tiene un volumen sobreconcesionado, es decir, tienen mil y necesitan 100; lo que nosotros buscamos mediante el diálogo, la aplicación de la ley, es caducar volúmenes, de manera tal que tú tengas garantizado tu volumen para tu operación, para tu industria, para tu agricultura, pero que el volumen adicional concesionado que no usas, o me lo pagas —a un precio alto— o me lo caducas; es una negociación donde requerimos algunas modificaciones legales; estamos por aplicar la cuota de garantía, porque la base de todo esto es recuperar el acuífero, equilibrar las cuencas”.
Para que opere de manera correcta un banco de agua “debe haber un balance entre lo que entra y lo que sale, y ahorita estamos desbalanceados tanto en nuestros acuíferos como en nuestras cuencas”, reconoció. Recuperar concesiones ayuda a que la región del Lerma tenga menos presión sobre su agua, y sobrevivan sus bienes naturales mientras las sociedades humanas se desarrollan sin excesos.

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