domingo, 14 de junio de 2009

México desacelera sus emisiones contaminantes


La reducción real de gases de efecto invernadero (GEI) demorará de 6 a 11 años más. Adrián Fernández, presidente del INE, subraya metas del país contra el calentamiento global: lo esencial, menos autos y casas que contaminen, energías limpias y menos deforestación.

Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO

El calentamiento global, la gran pesadilla de la humanidad en el siglo naciente, es un asunto prioritario para la sociedad y el gobierno mexicano, que por lo pronto ya reducen la velocidad del crecimiento de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), si bien la reducción real sólo comenzará dentro de seis a once años, advierte el presidente del Instituto Nacional de Ecología, Adrián Fernández Bremauntz.
Entrevistado por Público, el funcionario, cabeza del organismo coordinador del programa de cambio climático del gobierno de la república, reconoce que lo que haga el país por sí solo sería un esfuerzo aislado “que ni cosquillas le hace” al problema, pues México emite alrededor de 1.5 por ciento de los GEI planetarios.
De ahí la necesidad de que la comunidad internacional sea consecuente y, sobre todo, las naciones desarrolladas como Estados Unidos —que genera cerca de 16 por ciento de los GEI mundiales, según cifras del año 2000— y la Unión Europea —11.4 por ciento—, o de que naciones emergentes como China —con una aportación cercana a 12 por ciento— hagan drásticas reducciones de sus emisiones en el corto y mediano plazo.
El espíritu del Protocolo de Kyoto, firmado por la mayoría de los países en 1997, es que el mundo haga descender sus emisiones a niveles anteriores a 1990 o, de lo contrario, grandes catástrofes ambientales, económicas y humanas, además de un proceso masivo de extinción de especies, se producirán en amplias regiones planetarias.
Esto significará un golpe de timón en los modos de producción económica y la cultura de consumo del hombre. Por ejemplo, cada habitante de México emite actualmente seis toneladas anuales de GEI y, para el año 2050, esta emisión debe bajar a un tercio. El desafío es enorme. Sin embargo, “estamos a tiempo de lograrlo”, añade optimista. Ésta es parte de la entrevista telefónica que sostuvo con este diario.
—¿Cuánto está generando México de GEI en la actualidad?
—En el último inventario, que es de 2006, tenemos una estimación de emisiones anuales de 710 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente. La tendencia sigue creciendo, pero crece cada vez con menos rapidez; seguramente entre 2007 y 2009 vamos a tener mayores números que esos 710, pero no un crecimiento estratosférico […] En el año 2000, México emitía 645 millones de toneladas; la actualización del dato la tendremos lista en uno o dos años más.
—¿Cuáles son los sectores donde hay más preocupación por moderación de las emisiones?
—Una buena parte del problema de México viene de la generación de energía, porque utilizamos plantas de combustóleo para generar energía; plantas de gas, que son mucho mas eficientes, y algo de contribución de renovables, como son hidroeléctricas, pero muy poquito de eólica, solar. Un primer gran rubro en el inventario en que hay que poner atención es cómo generamos energía; el otro es cómo la usamos. Lo que más nos preocupa son tres, fundamentalmente: uno, el sector del transporte, que es el que más rápidamente está creciendo sus emisiones; el segundo sector muy importante, que también esta creciendo aceleradamente en sus emisiones, es el sector residencial: continúa en todo el país la construcción de viviendas de todos los estratos; un tercer sector, que, aunque no está aumentando sus emisiones, y que conocemos en términos generales como cambio de uso de suelo —la agricultura, la deforestación, el manejo de la ganadería—, mantiene tasas importantes, pero no tan altas como en años anteriores.
—¿Qué estrategias llevan en estos sectores que siguen creciendo fuertemente, como son transporte y vivienda?
—Bueno, en transporte se trata de disminuir las emisiones de bióxido de carbono, y la forma más obvia de hacerlo es la introducción masiva de sistemas de transporte tipo metrobús y, por qué no, el metro, pero en todo el mundo se sabe que la forma más efectiva de transportar personas en las ciudades es el llamado transporte articulado, los metrobuses, que en Guadalajara se llama Macrobús y, en Monterrey, Regiobús.
“Otra cosa que vamos a hacer es introducir la obligación legal —como ocurre en otras partes del mundo— de avanzar con un mayor rendimiento de combustible en los vehículos; normas obligatorias: ponen calendarios y se va mejorando año con año el promedio de rendimiento, y eso en México lo vamos a publicar el año que entra; es un compromiso que el Presidente ya asumió, parte del Programa Especial de Cambio Climático. Así, año con año todos los que venden vehículos se verán obligados a que la composición de vehículos nuevos sea cada vez más eficiente, y con eso vamos a ahorrar millones de litros de combustible y, por lo tanto, muchas toneladas de bióxido de carbono, entre tres y cuatro millones por año”.
En el tema de vivienda, 800 mil que se construyan hasta 2012 cambian características: “Van a ser construidas y equipadas de una forma ligeramente diferente, con materiales de aislamiento; en algunos lugares, como caso extremo, les van a meter doble vidrio; le van a poner a todas un paquete de focos de bajo consumo, calentadores solares de agua… Con esto, cada vivienda, dependiendo del tamaño, se podría estar ahorrando alrededor de una y media tonelada de bióxido de carbono por año”.
Pero, sin duda, admite el presidente del INE, se debe dar el paso a impulsar energías renovables, como eólica o solar, para lo cual es indispensable echar abajo barreras legales y, en general, el país deberá ser apoyado por la comunidad internacional para que los costos en el cambio de fuentes de energía no impacten en el desarrollo social, lo cual forma parte de los acuerdos.
¿Las primeras metas? En 2012, México habrá dejado de mandar a la atmósfera 50 millones de toneladas de CO2, aunque la estabilización y el comienzo de la reducción neta se darán apenas entre 2015 y 2020. De allí viene una segunda etapa de cambios, más profundos, donde la investigación científica, las nuevas tecnologías, un drástico cambio cultural y el respeto de todas las naciones pueden detener, al menos por otro espacio de tiempo, los desastres anunciados.


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Cambio climático en México, cifras y previsiones



México genera cerca de 1.5 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), con 710 millones de toneladas de bióxido de carbono (equivalente) al año. Es parte de un grupo de 25 naciones responsables de 78 por ciento de estas emisiones, en las que se debe aplicar de manera más efectiva la estrategia acordada en el Protocolo de Kyoto


El Protocolo señala como GEI los siguientes compuestos en la atmósfera: bióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos y el hexafluoruro de azufre. De lejos, son los dos primeros los que en mayores volúmenes han colmado la atmósfera de la Tierra en los últimos dos siglos


En México, las principales fuentes de emisiones son: la generación de energía, con 24 por ciento (casi un tercio se consume y emite en los hogares); el transporte, 18 por ciento; la deforestación y la silvicultura, 14 por ciento; la basura y los desechos, 10 por ciento; los procesos industriales, 8 por ciento; la agricultura, 7 por ciento, y las “emisiones fugitivas”, 6 por ciento


Los GEI son gases normalmente con características de opacidad, que absorben la energía calórica proveniente del sol y hacen posible que la temperatura se eleve (fenómenos conocido como “efecto invernadero”). Sin los GEI y sin atmósfera, la Tierra tendría una temperatura promedio de alrededor de 30 grados bajo cero, que haría casi imposible la vida. El promedio de temperatura de la Tierra ronda 18 grados


El problema es que la emisión extraordinaria de estos gases está aumentando las temperaturas promedio y amenazando con deshielos, huracanes más extremos, sequías y desaparición de especies, como las tortugas marinas, por culpa de los cambios que las variaciones del clima generan en los ecosistemas

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