El predio original de 60 hectáreas, hoy se dice que mide hasta cien hectáreas. Investigador reúne pesquisas que revelan posibles actos irregulares. La expansión debió afectar un área propiedad de la nación, plantea
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 18 de septiembre de 2009
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Vista de la barranca de Huentitán desde terrenos de El Disparate, cuyo tamaño inicial era de 60 hectáreas. Foto: Giorgio Viera La historia de cómo se constituyó la propiedad de El Disparate es algo que no ha sido aclarado. La escritura inicial que se ha localizado en el Registro Público de la Propiedad, de 2003, apenas refería a 60 hectáreas (ha); tres años después, eran ya 71.5 ha, y en la actualidad, sin exhibirse documentos, se habla de cien ha. “¿Cómo se pudo modificar con simples excedencias esa superficie?”, se pregunta el presidente de la Academia Mexicana de Desarrollo Urbano, Luis Antonio Rocha Santos.
En entrevista con Público, el investigador ofrece el resultado de las indagatorias de diversos abogados universitarios en distintos archivos, aunque reconoce que no ha dado todavía con la escritura madre y que aún ignora en qué momento la familia Paniagua Sánchez Aldana se hizo de la propiedad.
Su primer referente es la escritura pública 7,477, fechada el 24 de octubre de 2003, “otorgada ante la fe del notario público titular número 119 de Guadalajara, que contiene la constitución de un fideicomiso con Bansí, registrada bajo el documento 34, folios del 324 al 369 del libro 5,863, de la Sección Inmobiliaria del RPP […] en este documento se advierte que la superficie aproximada del predio El Disparate era de sesenta hectáreas”.
Cambian las dimensiones con la escritura pública 13,695, de fecha 23 de junio de 2006, ante el notario público 130, donde “se menciona que se realizó la rectificación del predio, determinando que ‘la superficie real’ era de 71-50-48.945 ha […] es decir, un aumento-excedencia y diferencia de 11-50-48.945 ha, más de 115,048 metros cuadrados, los cuales muy probablemente se adjudicaron de algunos de los linderos del predio.
“Como, hacia el norte, el predio colinda precisamente con la barranca Huentitán-Oblatos, valdría la pena saber si el gobierno federal, que resulta ser titular de los terrenos de barranca [según se establece en la Ley de Aguas Nacionales], que son propiedad de la nación por su colindancia con el río Santiago, está enterado de esta situación y fue citado como colindante a las diligencias de deslinde, rectificación y manifestación de excedencias promovidas por los supuestos titulares de El Disparate”.
Rocha Santos precisa que legalmente no se pueden escriturar más de 10 por ciento de excedencias y, en este caso, la superficie que fue adjudicada supera 19 por ciento del predio original.
Peor aún: si tuviera cien hectáreas, “¿cómo justificar el crecimiento en 40 hectáreas?”.
Para el también académico de la UdeG, estas dudas aumentan la certeza de que se trata de un negocio turbio al que se prestaron las autoridades municipales y estatales, con el pretexto de tener un terreno para el estadio de atletismo de los Juegos Panamericanos 2011.
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La UdeG reitera rechazo a Villa en el predio
El rector general de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Marco Antonio Cortés Guardado, reiteró su respaldo para evitar que la Villa Panamericana se edifiquen en el predio El Disparate, el cual, según ambientalistas y especialistas de esa casa de estudios, se ubica en una área natural protegida de la barranca de Huentitán.
Lo anterior, no obstante que, el sábado anterior, el propio alcalde de Guadalajara negó que la Villa será erigida dentro del municipio tapatío.
Cortés Guardado manifestó su sorpresa ante la revelación, a través de una carta abierta, que hizo el presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), Mario Vázquez Raña, en el sentido de que el proyecto original para la Villa era, desde 2006, la zona de El Disparate y no el Proyecto Alameda, que, durante más de dos años, impulsó el presidente municipal de Guadalajara, Alfonso Petersen Farah, en el parque Morelos. “Se me hace todavía más delicado que ese lugar estuviera ya señalado con tanto tiempo de anticipación y no se hubiera reparado en todos los inconvenientes en términos de conservación del medio ambiente”, indicó.
A cambio, propuso que la UdeG sea tomada en cuenta como alternativa: “En la avenida Revolución, donde estaba el estadio olímpico de la Universidad, donde está la alberca olímpica y donde está el estadio de basquetbol y de beisbol, que son instalaciones que requieren poca inversión”.
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