Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 13 de octubre de 2010
El puente que promueven diputados federales sobre el río Santiago, para conectar las demarcaciones de Tonalá y Zapotlanejo, le allana el camino al proyecto de urbanización más grande de los hay en cartera para la zona metropolitana de Guadalajara: la “ciudad sustentable” de un millón de habitantes que ha planificado la Inmobiliaria Urbi, con apoyo del gobierno municipal de Zapotlanejo.
El proyecto, denominado Valle de Santiago, incluye la construcción de hasta 250 mil casas a habitarse en un lapso de quince años, y fue impulsado por el hoy diputado por el distrito XVII, entonces alcalde de Zapotlanejo, Héctor Álvarez Contreras, no obstante que la planeación metropolitana no prevé ese “brinco” de la mancha urbana hacia el nororiente. La posibilidad ha sido criticada por urbanistas locales.
En Zapotlanejo se tienen previstas alrededor de doce mil hectáreas como reservas urbanas, la mitad de ellas podrían ser para el proyecto de Urbi. Lo cierto es que Zapotlanejo no forma parte del esquema metropolitano, y meter sus tierras en el mercado generaría un colapso en el crecimiento urbano, de por sí afectado por un grave problema de dispersión, pues la ciudad creció 100 por ciento en superficie desde 1990, mientras apenas ha aumentado su población en 40 por ciento en el mismo periodo, lo que significa una menor densidad de población y más altos costos ambientales y de introducción de infraestructura.
Urbi tiene en Jalisco dos proyectos: el primero arrancó en 2004 en las faldas de la misma barranca, pero del lado de Tonalá, con más de cuatro mil viviendas construidas, cuyos problemas de calidad han ameritado constantes manifestaciones públicas de los compradores en contra de la empresa. Allí queda una reserva por desarrollar de 300 hectáreas.
El segundo proyecto se ubica enfrente: Valle de Santiago. “Es un proyecto de gran visión con una nueva escala de intervención para el sector de la vivienda, a través de la conformación de una comunidad integralmente planeada bajo un escenario de compromiso y conciencia por la problemática urbano-ambiental”, aseguró hace menos de un año el director regional de la empresa, Mario Elizondo Lomelí (Público, 30 de noviembre de 2009).
Las dimensiones de este proyecto, parte del esquema de “comunidades planeadas”, empequeñecen cualquier otro que jamás realizado en cualquier parte de México. Se trata de un desarrollo urbano integral sustentable (DUIS) que ya se ha detonado en otros puntos del país, caso de Tijuana. “Este modelo integra el diseño y creación de ciudades competitivas que propicien la prosperidad social, ambiental y económica”, señala la información de la empresa. Mientras, la ciudad padece el gigantismo fruto de 65 mil ha deficientemente urbanizadas y 52 mil ha más en oferta, cuando las necesidades a 2030 son de apenas 13 mil ha (Público, 23, 24 y 25 de noviembre de 2009). Y luego llegó la propuesta de los diputados de un nuevo ingreso para la ciudad.
La cifra
200 metros de altura en su punto más profundo, tendría el puente sobre la barranca y una extensión de 656 metros
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