jueves, 27 de octubre de 2016
Agua para León, un negocio de 66 mil mdp
Megaproyecto es meganegocio; con pérdidas superiores a 40%, y el agua más cara del país, el trasvase a León tiene razones de muchos pesos, señalan.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
No es que se pida que las empresas privadas sean “damas de la caridad” y regalen su trabajo; es lógico que busquen ganancias razonables en cualquier emprendimiento. Lo que ya no es tan “comprensible” es el tamaño de negocio: el trasvase de agua de El Zapotillo a León, durante 25 años, con las cuotas de agua doméstica más altas del país en la ciudad de El Bajío, le garantizan a la concesionaria Abengoa y el Sistema de Agua Potable de León (SAPAL), un volumen de negocio, a precios actuales, de unos 66 mil millones de pesos.
Estos cálculos los obtuvieron dos de los investigadores más serios en el tema en esta región del país: Daniel Tagle Zamora, de la Universidad de Guanajuato, y Susana López Funes, de la Universidad Autónoma de Querétaro, quienes hace un par de días presentaron el caso –con la asistencia de la segunda- en el foro convocado por el Centro Universitario de Los Altos (CUAltos), de la UdeG, en Tepatitlán, y el Observatorio Ciudadano del Agua de Jalisco.
¿Qué cifras es necesario considerar en este negocio? Primero, que la mayor parte del capital de inversión lo aportan los gobiernos federal y del estado de Guanajuato (en el caso del proyecto de la cortina de El Zapotillo a 80 metros de altura). La Comisión Nacional del Agua (Conagua) señala que a estas fechas, el proyecto completo vale más de 16 mil millones de pesos, la mitad del cual es el vaso artificial, financiado completamente con recursos públicos; en el caso del acueducto de 140 kilómetros, que incluye además la potabilizadora y el macrocircuito de distribución, 58.7 por ciento es financiamiento privado y 41.3 por ciento lo aporta el gobierno federal vía Finfra (Fideicomiso de Infraestructura).
Si se considera esta inversión inicial, alrededor de un peso de cada cuatro es el capital que arriesgan los inversionistas privados. Evidentemente, operará este esquema generará costos en bombeo eléctrico, en la conducción de 140 km, en la potabilización y en la entrega en el macrocircuito. Sin que exista claridad del punto en que el SAPAL recibe el agua en bloque, la tarifa mínima de 22 pesos por m3 (la más elevada de todo México) puede estimar al menos el impacto en el consumidor final, bajo el supuesto de que todos los días se enviarán desde El Zapotillo y se entregarán en las casas de León 328 mil m3: siete millones 216 mil pesos al día.
Claro, si buena parte de esa agua se pierde en las fugas o no se logra cobrar, habrá que hacer la resta correspondiente. Suponiendo 33 por ciento de pérdidas que el SAPAL reconoce en 2015, el ingreso baja a “solo” cuatro millones 834 mil pesos diarios. Si con esto se asume además un costo de 5 pesos por m3 en todo el proceso de extracción desde la presa hasta la potabilización y la entrega domiciliaria, son un millón 640 mil pesos menos al día. Para quedar en tres millones 196 mil pesos al día. Pero se asume que este proyecto trae consigo una reducción en pérdidas y mayor eficiencia de cobranza, lo que deberá considerarse en el análisis. También hay que agregar que cada año, el SAPAL incrementa tarifas por encima de la inflación.
En cifras gruesas, un negocio que se amortiza en menos de seis años para la inversión total, pero apenas en dos para los inversionistas privados. ¿Estas cuentas explican el marcado interés de gobierno y empresas en hacer grandes proyectos de infraestructura?, se preguntaban los investigadores y sus receptores en el foro alteño.
Y a final de cuenta, ¿es lo único que se podía hacer por mejorar el sector agua en León, enclavado en uno de los valles donde el agua más se ha sobreexplotado en el país? Hay otra información que sugiere otro tipo de oportunidades: las pérdidas en red y el agua no cobrada ascendió en 2014 a más de 26.3 millones de m3, es decir, León en realidad vive con 53.5 millones de m3 al año, menos de la mitad de lo que se pretende llevar desde el río Verde.
Si se va al acuífero, solamente 15 por ciento de los pozos extraen agua para la ciudad, y en volumen, de una extracción de 303 millones de m3 se consumen efectivamente uno de cada seis litros en las casas leonesas. Los desperdicios del sector agrícola y pecuario, el dominante en la zona, se acercan a 60 por ciento del agua extraída.
¿De verdad sólo existía la opción de un trasvase que condena a la ciudad a depender de una cuenca ajena, de la volatilidad del costo de la energía y de la inestabilidad social en la cuenca productora, Los Altos, una de las principales aportadoras al producto interno bruto del sector primario en México? Dudas que se multiplican.
El negocio perfecto
El concesionario –Abengoa– solo aporta 51 por ciento del costo del acueducto financiado con bonos de deuda, es decir, no desembolsa recursos, lo que explica el riesgo en que incurrióel Instituto de Pensiones de Jalisco al comprar parte de esos bonos pese a la quiebra que amenaza a la transnacional andaluza. Por otro lado, este mismo concesionario no asume pérdidas, medirían el agua a la entrada del acuaférico. Éstas quedarían para el SAPAL.
Renta del agua de El Zapotillo
Volumen diario: 328 mil m3
Precio por m3: $22
Extracción de renta del agua de la cuenca vecina: 7.2 millones de pesos/día
$5/m3 = 1.6 millones de pesos/día
66 mil millones en 25 años ($22)
15 mil millones en 25 años ($5)
Las tarifas se van ajustando por encima de la inflación
Beneficiarios: Abengoa-SAPAL
…Y Los Altos no obtienen ningún beneficio del trasvase
La meseta de Los Altos de Jalisco, principal región productora de alimentos de origen animal en México y por sí sola, aportadora de 1.42 por ciento del producto interno bruto del país (por arriba de lo que genera el valle de León), no tiene nada qué ganar con el trasvase del río Verde a la ciudad de El Bajío. Y se pone en riesgo su estabilidad económica, social y ambiental, advirtió ayer el coordinador del Observatorio Ciudadano del Agua de Jalisco, Juan Guillermo Márquez Gutiérrez.
Con datos que levantaron ámpula entre los asistentes al XII Foto Avances y Perspectivas Ambientales de Jalisco, realizado ayer en la sede de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, el también presidente de la asociación civil Conredes (Consejo Regional para el Desarrollo Sustentable) destacó la importancia económica de la meseta, donde se genera 61 por ciento de la leche del estado de Jalisco, 88 por ciento del huevo, 23 por ciento del PIB del estado, 20 por ciento de la proteína de origen animal del país, 17 por ciento de la leche que se consume en el país, uno de cada dos huevos que llega a las mesas de los mexicanos.
A esa región se le quiere sacrificar para que León tenga excesos de agua. “La disponibilidad de agua en la región alteña se ha reducido mientras que aumentó la demanda de agua, por incremento población y demanda alimentos en la cuenca del río Verde”.
Así, “la producción agropecuaria de la región de los Altos de Jalisco será la más afectada por el aumento de la temperatura, debido al cambio climático; conforme avancemos a 2050, tendremos temperaturas con aumento entre 4 y 4.5 grados junto con una baja en la humedad y precipitaciones causando sequías prolongadas, según lo ha documentado el Instituto de Astronomía y Meteorología de la UdeG”.
¿A quién beneficia el trasvase?, se preguntó. “Los Altos no tienen nada que ganar, pues les generará pérdida de competitividad y desaparición de pequeñas y medianas unidades productivas, y para Jalisco, pérdida de soberanía y renuncia a su recurso natural más valioso; hay que agregar que desaparecen por inundación tres poblaciones –Temacapulín, Acasico y Palmarejo-, que hay pérdida de empleos y aumento de delincuencia, así como desertización acelerada provocada por el trasvase; todo esto coloca en un estado de mayor vulnerabilidad frente al cambio climático”.
Por si fuera poco, “Chapala tampoco gana: las aguas residuales de León son reutilizadas en gran medida en la agricultura y en la industria el resto, es agua de pésima calidad que se descarga al Río Turbio. Guanajuato incumple el Convenio del Lerma; aunque sus presas rebasan el 80 por ciento de su capacidad no dejan que pase el agua al lago”, y según el título de concesión, León solo descargaría 84 millones de metros cúbicos al río Turbio, de los 120 millones potabilizados que reciben del Verde, pero no se garantiza cómo y cuánto llegue a Chapala”.
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