Preocupa al Imecbio presión de las mineras y deforestación al sur de la reserva de la biosfera
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO
El distanciamiento ha durado al menos siete años, pero en la actualidad, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), agencia del gobierno federal responsable de la red de reservas creadas en 60 años, y la Universidad de Guadalajara (UdeG), hacen esfuerzos por reconstruir una relación simbiótica que en el pasado derivó en el manejo de la mayor reserva de la biosfera del occidente mexicano: la Sierra de Manantlán.
El director del Instituto Manan-tlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad (Imecbio) de la casa de estudios, Luis Manuel Martínez Rivera, dijo ayer que se han realizado diversas reuniones de alto nivel con el respaldo del director de la zona protegida, Salvador Montes, y del comisionado nacional, Luis Fueyo Mac Donald.
“Hemos estado reunidos tratando de reconstruir esos mismos espacios que antes teníamos con varias instituciones, viendo cómo fortalecemos el trabajo conjunto, pues el tiempo que lo hicimos de manera coordinada fue todo un éxito; precisamente estamos trabajando sobre esta situación, actualizando la información científica de la reserva, de lo que sería la actualización del plan de manejo que ya tiene diez años de que se publicó y que debió haberse actualizado hace cinco; la idea es sacar un nuevo documento rector este año, con todas las nuevas presiones que tenemos registradas”, dijo en entrevista con MILENIO RADIO.
—¿Diría que este expediente de desavenencias institucionales ya se ha cerrado?
—Es lo que estamos planteando; ya hay una disponibilidad para volver a cerrar esa brecha e incrementar la participación conjunta.
Respecto a los 25 años de la reserva, que se cumplieron en marzo pasado, reconoció Martínez Rivera: “Desgraciadamente, seguimos teniendo población con un nivel de marginación alto, comunidades como Cuzalapa, Ayotitlán, en Cuautitlán, y cuando evaluamos a lo largo de estos años las condiciones económicas, encontramos que no se han movido, e incluso, van en deterioro aspectos como el educativo; tenemos tasas altas de analfabetismo, que rebasan por mucho los promedios nacionales, comunidades con 20 a 30 por ciento de analfabetismo, [...] no podemos desvincular las condiciones de las comunidades socioeconómicas para poder conservar un área natural”.
—¿Eso explica la exitosa presión de las mineras, la precariedad económica?
—Así es, vemos las mineras que están alrededor de la reserva, incluso, algunas que ya llegaron a meterse; tenemos una grande ya en los límites y hay una presión muy fuerte de deforestación del lado sur de la reserva, con una tasa muy alta, que está dejando a la reserva como una isla [...]. Por un lado, hay cuestiones productivas de parte de la Conafor, creo que Manantlán es la zona que más apoyos tiene como zona protegida en el país en términos de servicios ambientales; lo que ha pasado es que se han dispersado los esfuerzos del gobierno federal, no han tenido una estrategia integral de todas las dependencias; ahí la Conanp debería de jugar el papel integrador para asegurar que todos los esfuerzos se vean con un sentido y una dirección, y no esfuerzos individuales, creo que es la parte que se ha perdido en los últimos años y que es importante retomar si queremos mantener un área protegida y reducirle la presión.
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