martes, 15 de junio de 2010

Cada día, la Tierra pierde un bosque La Primavera



Hay una tendencia mundial a reducir la destrucción, señala informe de la FAO. La recuperación de bosques por plantaciones y por menor presión agropecuaria está regresando a viejas fronteras naturales en Europa, Asia y Norteamérica; pero Sudamérica y África siguen perdiendo las florestas más ricas en biodiversidad

Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 5 de junio de 2010, Día Mundial del Ambiente

Hoy es Día Mundial del Medio Ambiente, pero eso no será obstáculo para que al terminar los festejos, a la medianoche, hayan desaparecido de la faz de la Tierra 35,516 hectáreas (ha) de bosques y selvas, una superficie similar a la del bosque La Primavera.

Si usted se toma en leer este texto unos cuatro minutos, en ese breve momento desapareció una extensión forestal similar al bosque Los Colomos. Si demora cuatro segundos en verter agua en un vaso en una pausa de la lectura, ese parpadeo de tiempo fue aprovechado para el derribo de unos 300 árboles. Ése es el poder de la destrucción que se mueve sobre el planeta.

En la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), las conclusiones no son pesimistas pese al enorme tamaño de la devastación.

Si bien el informe reconoce trece millones de ha anuales deforestadas —es como si se perdiera un estado de Durango completo, o un país como Nicaragua—, advierte de que diez años atrás se perdían 16 millones de ha —Durango más Nayarit y Colima, aproximadamente—. México es responsable de poco más de 1.1 por ciento de ese deterioro.

“La deforestación en el mundo, fundamentalmente la conversión de bosques tropicales en tierras agrícolas, muestra señales de reducción en varios países, pero continúa a un ritmo sumamente elevado en otros”, afirma el documento preliminar de la FAO, presentado en Roma en marzo pasado.

Agrega: “Tanto Brasil como Indonesia, que registraban la mayor pérdida neta de bosques en la década de 1990, han reducido de forma significativa sus tasas de pérdida, mientras que, en Australia, las graves sequías e incendios forestales exacerbaron la pérdida de bosques desde 2000”.

Entre los elementos optimistas, añade el documento, “la forestación y expansión natural de los bosques en algunos países han reducido la pérdida neta de área de bosque a nivel mundial”. Entre esto, destaca los programas de plantaciones forestales en China, India, Estados Unidos y Vietnam, que, combinados con la expansión natural de los bosques, “han añadido más de siete millones de hectáreas de nuevos bosques, cada año”. Como consecuencia, la pérdida neta de superficie forestal se ha reducido de los 8.3 millones de hectáreas al año de la década de 1990, a 5.2 millones de hectáreas anuales entre 2000 y 2010.

Otros hallazgos: Sudamérica y África se mantienen como las zonas con mayor deforestación neta del planeta, con, respectivamente, cuatro y 3.4 millones de ha anuales. En contraste, Asia registró una ganancia neta de 2.2 millones de ha al año, por los citados programas de reforestación a gran escala en China, India y Vietnam. En los casos de América del Norte y Central, la superficie forestal permaneció estable, mientras que en Europa el bosque sigue creciendo.

Entrevistado en su reciente visita a Guadalajara, el subdirector del Departamento Forestal de la FAO, Eduardo Rojas-Briales, dijo a Público que el caso mexicano tenderá a registrar una paulatina menor presión al bosque por la urbanización creciente de la población rural. No obstante, reconoce que es un país con una presencia campesina fuertemente arraigada.

“Hay que tomar en cuenta la dinámica y, por mucho que tengamos esta visión, sin lugar a dudas está habiendo una migración muy fuerte a los Estados Unidos por parte de México, como está pasando en todos los países similares. Es también una cuestión demográfica y de sexos; por ejemplo, en Ecuador no quedan ya hombres en las zonas rurales y, al bajar ciertos factores agropecuarios, baja la presión en los bosques […] pero no puede ser tan drástico como para que nos quedemos sin las comunidades que son las que sustentan estos espacios, que son las que tienen el conocimiento local, que son las propietarias. Hay que buscar ahí un equilibrio, porque, si no hay nadie ahí, pues no puedo mantenerlo; es una cuestión de sustentabilidad: no puede ser excesiva la migración ni nula, debe haber una ajuste en carga demográfica”, subrayó el experto.

También se refirió a la tendencia de grandes potencias, como China, a recuperar sus fronteras forestales, pero aprovechando de forma masiva los bosques de otras naciones de su región, lo que ha motivado críticas de ecologistas.

“El caso de desarrollo de China es muy duro, es muy difícil subir su nivel de vida, son 1,300 millones de habitantes y, aunque no es lo mismo que hace 30 años, está subiendo su calidad de vida […] Eso hace que China sea hoy un comprador importante de materias primas de todo tipo, de renovables y no renovables, y está muy presente ahora en África y en algunas zonas de Asia, y comprar de esas materias primas no es sólo ética de quien las compra, depende también del país que las vende: si ese país tiene una estructura de gobernanza o no —en el caso de Asia, lo que más preocupa es Indonesia—, pero con Indonesia no era sólo China el comprador, ni toda la deforestación en Indonesia era por madera, sino también por temas agrícolas, por explosión demográfica y demás; entonces China, como cualquier otro agente, compra madera donde puede, compra carbón, compra acero, y compra lo que no tiene”.

Su pretensión como nación es “que no quiere ser muy dependiente y, como tiene una razonable superficie, ha desarrollado una serie de campañas de repoblación de bosque muy potentes, de poblaciones productivas y protectoras, y una parte importantísima es en la frontera del desierto, es una tendencia para no depender totalmente de las importaciones, lo cual es legítimo”.

El experto de la FAO dijo que el país asiático se ve en el espejo de las naciones desarrolladas, desesperadas demandantes de un petróleo que no tienen en cantidades suficientes a su inmenso consumo.

Dijo confiar en que esta tendencia terminará favoreciendo el repoblamiento de bosques planetario, pues perder un bosque La Primavera a diario sigue siendo una muy mala noticia.

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