jueves, 24 de junio de 2010
Infiltrar agua, 45 veces más caro que regularla
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 23 de junio de 2010
Infiltrar el agua de lluvia para evitar inundaciones es algo muy cercano a un sueño guajiro, opina el gerente técnico del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), Carlos Hernández Solís.
En el hipotético caso de que se hagan bien las cosas, obligaría a invertir 180 mil millones de pesos, pues el agua, además de inyectarla, hay que someterla a tratamiento para no contaminar los mantos subterráneos, dice. En contraste, limitarse a regular las grandes avenidas de agua que se dan con las tormentas más intensas en la zona metropolitana de Guadalajara, obliga a una erogación de cuatro mil millones, diferencia casi de 45 a uno.
“En alguna evaluación comparábamos el costo que tiene hacer presas que captaran las aguas de lluvia, vía los escurrimientos que se dan por la topografía que tenga el terreno, y nos llevaba a esos cuatro mil millones de pesos, contra infiltrar toda el agua de Guadalajara, que nos llevaba 180 mil millones; hay consideraciones partiendo de que, insisto, no basta el pozo de absorción, hay que prever actividades que no arriesguen la calidad del agua del acuífero”.
A su juicio, “lo que es preocupante es que haya confusión entre lo que es captación, lo que es aprovechamiento, lo que es infiltración y lo que es el control de inundaciones; puedes captar agua en un balde, en un tanque, en una botella; aprovechar agua es captar el agua y llevártela para un fin determinado…”.
Igual se confunden las cosas y se piensa “que una obra de infiltración pueda dar solución a situaciones de inundación, y la recomendación que nosotros queremos hacer y que nos cuesta trabajo técnicamente que la entiendan, es que sepan que infiltrar lleva el propósito de recuperar en la medida de lo posible los grados de sobreexplotación que se tengan en las aguas subterráneas, la velocidad de infiltración es 0.0003 metros por segundo, son diezmilésimas por metro por segundo de velocidad, y las avenidas por las lluvias torrenciales, por las grandes inundaciones, traen velocidades superiores a un metro por segundo,[...]contra diez milésimas de metro por segundo que dura la infiltración, pues no es una solución”.
Pasa igual cuando se habla de aprovechar aguas pluviales, que demandan esquemas distintos a las obras de regulación o de infiltración. “Se trata de que no se tengan colectores combinados, entiéndase agua pluvial que no se mezcle con agua sanitaria, captar el agua de un techo para poder tenerla unos días del año, pero no olvidemos que no se trata nada más de captar, hay que cumplir con las reglas de agua potable que establece la Secretaría de Salud, lo que incrementa costos”.
Hernández Solís, quien laboró 29 años en la Comisión Nacional del Agua y cinco en la Estatal (CEA), advierte que “la naturaleza no se equivoca, del ciclo hidrológico desde la primaria sabemos que llueve, cae agua en el continente, y escurre a los arroyos y ríos, y por [éstos] es como se logran las captaciones del agua de lluvia; todo va ligado a posibilidades económicas, para hacer obras hidráulicas […] debe quedar muy claro que yo puedo hacer infiltración, pero saber qué debo esperar de eso, pero hacerlo a grande escala es muy costoso y no funciona como control de inundaciones”.
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