domingo, 26 de febrero de 2012
La modernidad “nos puede acabar”
Este miembro de la clase sacerdotal huichola destaca que las amenazas son externas e internas, y hay reales posibilidades de que se consuma la tradición de "Wirikuta".
Agustín del Castillo / Sierra de Catorce, San Luis Potosí. MILENIO JALISCO
Peregrinar a Wirikuta repercute en la buena salud de la nación huichola, advierte don Salvador Sánchez González, anciano cantador del poblador de El Cerrito, perteneciente a Tuxpan de Bolaños, anexo sur de San Sebastián Teponahuaxtlán, la más extensa de las comunidades wixaritari de la Sierra Madre Occidental.
Hombre moreno, delgado, de nariz aguileña, dicharachero como pocos, hace reír a propios y extraños mientras discute con los camioneros las condiciones del viaje y las anécdotas de otros tiempos. Su agudo sentido común suele ser el bálsamo que resuelve conversaciones anodinas.
“Hace bastantes años que nosotros tenemos un interés y una obligación; es un compromiso para nosotros en nuestra creencia que nos dejaron […] ellos, los ancestros, lo hicieron por su familia, por su ganado, por su maíz, y entonces hicieron el sacrificio de venir; lo que vemos para nosotros es una cosa tan sagrada, porque si nosotros no hacemos esto, nos va mal; yo no pude estudiar, no sé leer ni escribir, no sé nada, pero tengo una experiencia que durante tanto tiempo que tengo, 92 años, desde 1921 que nací, empecé a venir; lo sagrado es que llega a nosotros y tenemos para más pensar, para más soñar, para más saber, para tener ánimo y tener valor, y no podemos dejar pasar dos o tres años sin andar para acá […] A nosotros el resultado que nos da la peregrinación a Wirikuta es que nuestro pueblo se ha levantado más, y a nuestra comunidad siempre se le han resuelto los problemas que ha tenido, y por eso lo hacemos nosotros, porque es para todo, para salvar a un compañero o amigo, y por eso lo hacemos, y si el mismo gobierno pensara eso, haría algo para evitar que se acabe Wirikuta con la minería”.
Este largo soliloquio, a la entrada del bosque de yucas o izotes de Las Margaritas, en el desierto del altiplano potosino, es preludio para comenzar la recolección del hícari o peyote, la planta sagrada que inmemorialmente utiliza un wixárika para entrar en contacto con sus dioses.
Don Chava cree que podrían estarse viviendo los últimos tiempos de los ritos milenarios que se han sostenido ante numerosos avatares históricos.
- Si usted viene desde el año de 1921, ¿antes era muy difícil seguir estas rutas?
- Se venía con unos sacrificios, andando. Era un mes para llegar y un mes para el regreso; era más castigado y se hacía mejor, se le sufría más, pero en ese sufrimiento se resolvían más cosas buenas; hoy voy en un coche, y eso no lo debería hacer yo, pero ni modo, así se viene haciendo todo, para mí ya le estamos cambiando un poco [al ritual y la peregrinación], pero no deberíamos hacer eso, y pienso que llegará el día en que lo vamos a dejar.
- ¿Dejar todo esto algún día?
- Sí, yo digo, en que nuestra familia ya no venga […] Ahora, nos exigen que la escuela y no sé cuánto, y eso es lo malo, están estudiando, y ya no tienen chance de salir. Pero si lo dejan, se perdería todo, se va a perder todo, si ya todo lo demás no lo hacemos como se debe, ya lo estamos perdiendo…
- ¿Cada vez son menos los habitantes de los pueblo que vienen a la peregrinación?
- Sí, para el compromiso, ya no es lo mismo, a veces vienen y a veces no vienen, y yo conozco los ranchos que en esos años venían, pero que ahora ya no.
- Todo lo que ha llegado con la modernidad a la sierra, caminos, electricidad, teléfono, ¿es bueno para ustedes?
- Por una parte estoy contento, cuando se formó lo del mentado panista [Vicente Fox] cambió muchísimo, ha hecho muchos beneficios importantes para nosotros, para nuestras comunidades, en donde estábamos no teníamos ni brechas ni luz ni nada, y ahora tenemos todo, bendito sea Dios. A los invasores de nuestras tierras, él los retiró.
- ¿Es inevitable que se pierdan sus tradiciones?
- Bueno, eso ya depende del interés que le echemos nosotros, porque esa clase [los políticos] no tiene la culpa, sino nosotros. Así es.
- ¿Si se acaba la Wirikuta, será un golpe contra ustedes?
- Pues así viene siendo, yo creo que se terminaría con todo.
- ¿Usted es un marakame?
- Pues dicen que los señores cantadores son bien mentirosos, y si puede ser que sean mentirosos, porque yo también se echar, un poquito, y lo soy. Ya tengo más de 20 años haciendo ese trabajo.
- ¿Quién lo eligió?
- Fueron otros cantadores. Hay muy pocos, pero de los buenos ya no hay.
- ¿Qué debe hacer un cantador?
Solamente yendo y viniendo puede hacer uno algo, mucha gente va al mar [San Blas], otra a Durango [Teacata], otra a Chapala, y hacen su tarea con los peregrinos…
- ¿Cómo se formó el mundo, ustedes
lo saben?
- Nosotros no lo sabemos, pero en la creencia que tenemos es que Noé fue el que hizo todo, porque hizo una canoa y salvó a una persona, y cuando el diluvio se acabó, cuando se volvió el agua [a su cauce], entonces hicieron la forma, la hicieron como ellos podían y sabían, por eso se formó montes, árboles, barrancas, peñas, cuevas, eso lo hizo Noé […] Yo no lo creo, pero mucha gente dice que el mundo se va a acabar.
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