Harán mediciones para estimar los daños en la zona de la reserva de La Primavera dentro de este municipio. La PGR consignó al talamontes detenido el 2 de marzo; ya está en Puente Grande.
Tala / Guadalajara. Agustín del Castillo /Rodolfo Madrigal. PÚBLICO-MILENIO, edición del 17 de marzo de 2010
El surponiente del bosque La Primavera, correspondiente al municipio de Tala, tiene los registros más notables de depredación del área natural protegida: cambios de suelo a favor de la agricultura —caña de azúcar—, saqueo hormiga de madera, cacería clandestina y actividades incompatibles con un área natural protegida, como las fiestas electrónicas con presencia humana masiva. Además, es el sitio donde han comenzado los incendios forestales más devastadores.
También constituye, irónicamente, el principal corredor de especies animales y vegetales, y no es casual que en esa área hayan sido abatidos los últimos pumas de la región.
Gustavo Zavala Alvarado, cronista municipal, recuerda que “hace unos 25 años” se mató un Puma concolor en el rancho de la familia Novoa, señalado por depredar sobre el ganado. “Subieron al animal a la burrera de la camioneta y lo andaban presumiendo como trofeo”, afirma. No importaba que ya existiera un decreto presidencial. Nadie aplicaba sus normas y el bosque se seguía empobreciendo.
En la actualidad, la dirección ejecutiva de la reserva federal realiza estimaciones para medir el deterioro. Se establecerán las tasas de deforestación que la zona ha soportado durante décadas, así como el mal manejo de los recursos. A todas luces, la caseta de vigilancia está justificada, advierte el titular del organismo, José Luis Gámez Valdivia.
Respecto a los siniestros provenientes de la zona agrícola, está acreditado el problema del uso de fuego para cosechar la caña, por lo cual este año se hicieron quemas preventivas para evitar que pasara a la zona boscosa, como ha ocurrido frecuentemente.
De hecho, el 25 de abril de 2005, al arranque del devastador incendio que pasó por más de 11,200 hectáreas, la lumbre se originó al mismo tiempo en dos sitios distantes entre sí como seis kilómetros en línea recta, hacia esta área.
Ese mediodía, el vigía de la torre de San Miguel advirtió dos columnas de humo en ascenso hacia el cielo: una provenía de las inmediaciones de Mesa del Carpintero, cerca del cráter de Pedernal —que terminaría arrasado por las llamas—; la otra brotó justo en las colindancias del rancho Novoa y el rancho La Lobera. En un mes se cumplen cinco años del suceso. Pero el orden apenas comienza a llegar a las tierras de Tala, admite Gámez Valdivia.
El primer hito en ese sentido parece ser la detención, el pasado 2 de marzo, de un talador de árboles por inspectores del área protegida y policías talenses, que lo entregaron a personal de la fiscalía especial de delitos ambientales de la Procuraduría General de la República (Público, 16 de marzo de 2010).
Ayer, la PGR confirmó que se ejercitó acción penal contra Dagoberto Salinas Martínez, quien fue sorprendido por personal de Inspección y Vigilancia del bosque luego de que se volcó la camioneta que conducía, cargada con trozos de madera de pino y encino talados de manera ilegal.
Salinas Martínez y la madera que le fue asegurada quedaron a disposición del representante social de la Federación, quien abrió la averiguación previa AP/PGR/JAL/AGM2/1590/2010, que consignó ante el Juzgado Primero de Distrito por el delito tipificado en el artículo 418 del Código Penal Federal. Fue internado en el complejo carcelario de Puente Grande.
La fiscalía federal no especificó si existen cómplices de este sujeto, pero invita a los ciudadanos a seguir denunciando anónimamente a los teléfonos 3942-3320, 3643-3398, 3942-3392 y 01-800-00-85-400, o al correo electrónico politicacriminal@pgr.gob.mx
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