En la ZMG, enormes disparidades en gastos de recolección y disposición de residuos. La desorganización y el daño ambiental marcan a servicios de limpia de la región
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 4 de marzo
En las condiciones actuales, resolver el problema de la basura les cuesta a los nueve municipios de la región metropolitana de Guadalajara más de 460 millones de pesos por año. Esto incluye unos 240 millones de pesos por la recolección, a través de 744 rutas distintas con distancias de 23 a 132 kilómetros diarios, más 220 millones de pesos que se deben aplicar para una disposición final que no siempre es la adecuada.
Los datos del diagnóstico que se elaboró para justificar la conformación de un sistema metropolitano puntualizan más problemas: Guadalajara, el municipio más poblado y que genera 45 por ciento de la basura, paga por tonelada recolectada y dispuesta, casi 400 pesos; Tlaquepaque debe entregar 525 pesos, y Juanacatlán, en el exceso de costos, se va hasta 556 pesos.
Es un problema que deriva, en primer término, de las grandes distancias que hay que recorrer desde los centros de transferencia hasta los vertederos; y en segundo término, del mal estado de los camiones de recolección, que obliga a altos gastos de operación, afirma la directora de gestión integral de residuos de la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades), Dulce María García Bogarín.
“Es un estudio del gobierno del estado, del Consejo Metropolitano […] hemos ubicado una desorganización y disparidad tal, que complican el escenario óptimo de un manejo integral de los residuos; quisimos hacerlo muy patente para que vean las diferencias e identificar qué está sucediendo: cuando tú identificas el gasto por habitante, la recurrencia es la misma; ve Juanacatlán, con la población que carga, once mil contra un millón 600 mil de Guadalajara y, sin embargo, le sale más caro per cápita […] es el que más gasta por habitante, y si uno ve nada más cuánto gasta en pesos relativos [un millón 711 mil pesos del municipio rural contra 206.8 millones de pesos de la capital tapatía en 2008], diríamos que tiene lógica, tiene orden, pero, cuando se ve la tarifa integrada y se hacen los cruces, vemos las grandes diferencias”, añade la funcionaria.
En cuanto a las distancias, un sistema es eficiente “en un rango no mayor de 30 kilómetros, para disponer de los residuos; pero resulta que desde Tlaquepaque se recorren más de 50 km para llegar al tiradero de Hassar’s, y eso sólo puede elevar costos e ineficiencias”.
Así, se concluye que, en el esquema actual, “los desplazamientos son innecesarios, ineficientes; que los camiones tienen altos costos en combustible, mantenimiento y horas-hombre, y que los rellenos sanitarios no están siendo gestionados acorde a lo que necesita la zona metropolitana: hay impacto ambiental, emisiones a la atmósfera, ruidos, voladuras de material, pues no están bien enlonados los camiones; los costos de operación son desiguales y elevados, y obviamente entra el tema de la movilidad urbana, se causa un impacto importante por la cantidad de vehículos y las rutas de recolección”, pone en relieve.
De ahí se resalta la conveniencia de integrar un solo sistema con estos municipios, que traería ahorros superiores a 160 millones de pesos anuales (para dejar el costo, en principio, en alrededor de 300 millones de pesos al año), y cuya inversión de arranque en infraestructura y equipo, que suma 335 millones de pesos extra, se amortiza en menos de cinco años; a partir de ese tiempo, empieza a generar ganancias económicas que pueden totalizar en el primer decenio con alrededor de 700 millones de pesos, pues hay una serie de servicios anexos, como la generación de biogás, la separación y reciclaje, y la elaboración de composta, entre otros. Esto lleva a un sistema sano y a eliminar uno de los problemas ambientales más graves de la conurbación, puntualiza García Bogarín.
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Avances en la región
Independientemente de la cristalización del sistema metropolitano, la Semades advierte fuertes disparidades entre los municipios de la región en el tema de la basura, en relación con el cumplimiento de la norma ambiental estatal NAE 007, que obliga a separar y valorar los residuos, en camino del objetivo sexenal de reducir en 50 por ciento los desechos que llegan a los rellenos sanitarios. A escala estado, hay más de 70 municipios que ya la aplican.
Guadalajara, según los datos de la dependencia, ha cumplido en 100 por ciento las exigencias del programa a estas fechas, pero se ha ido perdiendo el componente de participación ciudadana, no se aplican aún multas a los que violan la norma, no se ha resuelto el tema de los pepenadores y no se genera aún biogás en la planta de Matatlán.
Zapopan presenta 60 por ciento de avance, no tiene resuelto el problema del tiradero metropolitano de Picachos, tampoco ha canalizado el tema de los pepenadores; Tlaquepaque presenta un avance de apenas 20 por ciento, tiene un equipo de vehículos de recolección obsoleto y costos altos por las grandes distancias que se deben librar en la transferencia al tiradero de Hassar’s.
Tonalá tiene 40 por ciento de avance; Tlajomulco, 65 por ciento. Zapotlanejo asegura haber alcanzado 80 por ciento y El Salto, 52 por ciento. Los municipios dominantemente rurales de Ixtlahuacán de los Membrillos y Juanacatlán no reportan ningún avance.
Independientemente de la cristalización del sistema metropolitano, la Semades advierte fuertes disparidades entre los municipios de la región en el tema de la basura, en relación con el cumplimiento de la norma ambiental estatal NAE 007, que obliga a separar y valorar los residuos, en camino del objetivo sexenal de reducir en 50 por ciento los desechos que llegan a los rellenos sanitarios. A escala estado, hay más de 70 municipios que ya la aplican.
Guadalajara, según los datos de la dependencia, ha cumplido en 100 por ciento las exigencias del programa a estas fechas, pero se ha ido perdiendo el componente de participación ciudadana, no se aplican aún multas a los que violan la norma, no se ha resuelto el tema de los pepenadores y no se genera aún biogás en la planta de Matatlán.
Zapopan presenta 60 por ciento de avance, no tiene resuelto el problema del tiradero metropolitano de Picachos, tampoco ha canalizado el tema de los pepenadores; Tlaquepaque presenta un avance de apenas 20 por ciento, tiene un equipo de vehículos de recolección obsoleto y costos altos por las grandes distancias que se deben librar en la transferencia al tiradero de Hassar’s.
Tonalá tiene 40 por ciento de avance; Tlajomulco, 65 por ciento. Zapotlanejo asegura haber alcanzado 80 por ciento y El Salto, 52 por ciento. Los municipios dominantemente rurales de Ixtlahuacán de los Membrillos y Juanacatlán no reportan ningún avance.
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