La Semarnat aceptó el desistimiento del grupo empresarial; protectores del bosque desconfían de la empresa: el daño no ha sido evitado
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 20 de marzo de 2010
El Fideicomiso Mirasierra BBVA Bancomer canceló el trámite, promovido ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para obtener la autorización de impacto ambiental del megadesarrollo Mirasierra, enclavado en el bosque El Nixticuil, al norponiente de la zona metropolitana de Guadalajara, lo que significa que el ambicioso proyecto urbano, que albergaría de 70 mil a cien mil habitantes, queda suspendido.
La noticia se conoció ayer oficialmente en la delegación de la dependencia, que emitió el pasado 12 de marzo el oficio SGPARN.014.02.01.01.412/10, firmado por el delegado en funciones, José de Jesús Álvarez Carrillo, el cual se pronuncia respecto a la solicitud de los propios desarrolladores de desistir en la obtención del permiso.
Los propios empresarios explicaron sus razones. Joseph Rodrik Medina, director de operaciones del proyecto, informó vía un comunicado de prensa que “esta estrategia busca conciliar las áreas de los siete polígonos medidas por Mirasierra con las que tiene la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable de Jalisco y la Semarnat. De esta forma se pretende asegurar que esta nueva comunidad no afectará la zona protegida del bosque El Nixticuil-San Esteban-El Diente”.
Agregó: “Todo lo hicimos a través de coordenadas satelitales y muchas veces este tipo de aparatos pueden generar variaciones de metros. Ahora tenemos que ajustar los polígonos con la cartografía del decreto del bosque El Nixticuil”.
Una vez que estas modificaciones se hayan hecho, Mirasierra volverá a ingresar la solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental, aseguró.
“De la superficie total de Mirasierra se tramitaba la MIA de siete polígonos determinados por la Semarnat, con lo que se busca que se avale el cambio de uso de suelo que permita edificar asentamientos humanos ahí. Estos siete polígonos representan apenas 8 por ciento del área total” del complejo.
Los socios del proyecto están agrupados en el Grupo Guadalajara, formado por Gómez Vázquez Aldana, Tierra y Armonía y Consorcio G; su acción fue cuestionada por los miembros del Comité Salvabosque de El Nixticuil, la misma tarde de ayer.
“No es una obra de buena voluntad a favor de la conservación de El Nixticuil, sino el resultado del proceso de resistencia iniciado desde nuestra comunidad en contra del despojo y la destrucción del bosque y de la forma de vida de todas las comunidades de la cuenca del río Blanco, arbitrariedades que pretendían encubrir con el discurso de la sustentabilidad”, subrayó el organismo no gubernamental.
“Pensamos pertinente señalar que este desistimiento es también estratégico para tratar de desviar la atención de la opinión pública y de las denuncias sobre la quema y la tala del bosque que fue documentada el sábado y lunes pasado, ya que la Profepa está realizando inspecciones en los predios quemados”.
A su juicio, “el proyecto va a continuar y, en un corto plazo, van a intentar construir fuera del área natural protegida, lo cual no garantiza que el bosque no será afectado, pues, como ya hemos señalado, el decreto de protección de El Nixticuil no contempla el total de las áreas boscosas”.
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Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 20 de marzo de 2010
El Fideicomiso Mirasierra BBVA Bancomer canceló el trámite, promovido ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para obtener la autorización de impacto ambiental del megadesarrollo Mirasierra, enclavado en el bosque El Nixticuil, al norponiente de la zona metropolitana de Guadalajara, lo que significa que el ambicioso proyecto urbano, que albergaría de 70 mil a cien mil habitantes, queda suspendido.
La noticia se conoció ayer oficialmente en la delegación de la dependencia, que emitió el pasado 12 de marzo el oficio SGPARN.014.02.01.01.412/10, firmado por el delegado en funciones, José de Jesús Álvarez Carrillo, el cual se pronuncia respecto a la solicitud de los propios desarrolladores de desistir en la obtención del permiso.
Los propios empresarios explicaron sus razones. Joseph Rodrik Medina, director de operaciones del proyecto, informó vía un comunicado de prensa que “esta estrategia busca conciliar las áreas de los siete polígonos medidas por Mirasierra con las que tiene la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable de Jalisco y la Semarnat. De esta forma se pretende asegurar que esta nueva comunidad no afectará la zona protegida del bosque El Nixticuil-San Esteban-El Diente”.
Agregó: “Todo lo hicimos a través de coordenadas satelitales y muchas veces este tipo de aparatos pueden generar variaciones de metros. Ahora tenemos que ajustar los polígonos con la cartografía del decreto del bosque El Nixticuil”.
Una vez que estas modificaciones se hayan hecho, Mirasierra volverá a ingresar la solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental, aseguró.
“De la superficie total de Mirasierra se tramitaba la MIA de siete polígonos determinados por la Semarnat, con lo que se busca que se avale el cambio de uso de suelo que permita edificar asentamientos humanos ahí. Estos siete polígonos representan apenas 8 por ciento del área total” del complejo.
Los socios del proyecto están agrupados en el Grupo Guadalajara, formado por Gómez Vázquez Aldana, Tierra y Armonía y Consorcio G; su acción fue cuestionada por los miembros del Comité Salvabosque de El Nixticuil, la misma tarde de ayer.
“No es una obra de buena voluntad a favor de la conservación de El Nixticuil, sino el resultado del proceso de resistencia iniciado desde nuestra comunidad en contra del despojo y la destrucción del bosque y de la forma de vida de todas las comunidades de la cuenca del río Blanco, arbitrariedades que pretendían encubrir con el discurso de la sustentabilidad”, subrayó el organismo no gubernamental.
“Pensamos pertinente señalar que este desistimiento es también estratégico para tratar de desviar la atención de la opinión pública y de las denuncias sobre la quema y la tala del bosque que fue documentada el sábado y lunes pasado, ya que la Profepa está realizando inspecciones en los predios quemados”.
A su juicio, “el proyecto va a continuar y, en un corto plazo, van a intentar construir fuera del área natural protegida, lo cual no garantiza que el bosque no será afectado, pues, como ya hemos señalado, el decreto de protección de El Nixticuil no contempla el total de las áreas boscosas”.
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Zona protegida
La zona de El Nixticuil, El Diente y San Esteban forma un área natural protegida municipal en categoría de protección hidrológica, confirmado con decreto del Congreso de Jalisco del 29 de febrero de 2008.
Además, en el polígono del área de protección de recursos naturales de las barrancas de los ríos Verde y Santiago, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas incluye la zona dentro de la propuesta de área natural protegida con decreto federal, de más de 56 mil ha, la cual no tiene aún decreto presidencial.
El 31 de marzo de 1982, el Congreso local decretó la ley que aprueba el plan de ordenamiento de la zona conurbada de Guadalajara y la declaratoria de reservas, usos y destinos de sus áreas y predios. Se establecen: un área de conservación en San Esteban, una agropecuaria en Tesistán y otra de protección de cauces y cuerpos de agua en río Blanco, lo que garantiza la conservación de la zona hoy agredida. El Ordenamiento Ecológico Territorial de Jalisco establece allí una UGA de conservación.
La MIA de Mirasierra incluía el cambio de uso de suelo sobre poco más de 71 ha: según los desarrolladores, apenas 8 por ciento de la superficie que poseen en el área.
La zona de El Nixticuil, El Diente y San Esteban forma un área natural protegida municipal en categoría de protección hidrológica, confirmado con decreto del Congreso de Jalisco del 29 de febrero de 2008.
Además, en el polígono del área de protección de recursos naturales de las barrancas de los ríos Verde y Santiago, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas incluye la zona dentro de la propuesta de área natural protegida con decreto federal, de más de 56 mil ha, la cual no tiene aún decreto presidencial.
El 31 de marzo de 1982, el Congreso local decretó la ley que aprueba el plan de ordenamiento de la zona conurbada de Guadalajara y la declaratoria de reservas, usos y destinos de sus áreas y predios. Se establecen: un área de conservación en San Esteban, una agropecuaria en Tesistán y otra de protección de cauces y cuerpos de agua en río Blanco, lo que garantiza la conservación de la zona hoy agredida. El Ordenamiento Ecológico Territorial de Jalisco establece allí una UGA de conservación.
La MIA de Mirasierra incluía el cambio de uso de suelo sobre poco más de 71 ha: según los desarrolladores, apenas 8 por ciento de la superficie que poseen en el área.
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