miércoles, 17 de abril de 2019

Por el fuego, la mitad de los bosques de Jalisco pierden salud


“Perverso”, el modo en que se está usando el fuego: Curiel; las pérdidas de suelo son tremendas para la economía, advierte


HISTORIAS DE BOMBEROS FORESTALES III


Agustín del Castillo / Guadalajara. El Diario NTR

Usar fuego para reducir combustibles no es una labor que le parezca adecuada al investigador de la UdeG, fundador del laboratorio natural de La Primavera, Arturo Curiel Ballesteros. “Yo no sé qué tanto se pueda llamar manejo del fuego a lo que está pasando en Jalisco, porque el fuego se está utilizando independientemente de las consecuencias que haya, no solamente en donde se quema, sino aguas abajo, o en el ambiente”.

A su juicio, el único modo de resolver la problemática del fuego en los bosques, es sencillamente no usarlo. Es necesario evitar la chispa. “No es la culpa del bosque y de su gran volumen de residuos que son su proceso ecológico, es culpa de la chispa, y ¿quién lleva la chispa?”, cuestiona el hoy presidente de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística de Jalisco.

“Me parece que es perverso el tema del manejo del fuego como se está utilizando, porque es una perversidad utilizarlo para destruir la riqueza biológica, y a raíz de eso, hay mayores posibilidades de una condición de cambio de uso de suelo […] yo no le veo la parte de la ganancia que se aduce, cuando hablan de ecosistemas adaptados al fuego, por la gran frecuencia que hay de fuego, aunado a elementos como la creciente intensidad de las lluvias, por el cambio climático, que al final te degradan el suelo por no tener la cobertura tras el fuego; aunque permanezcan los árboles y sus copas, eso no tiene ningún tipo de protección hacia el suelo, lo que genera la protección es la hojarasca, que la final es lo que se quema; cuando ponen que los incendios son superficiales, y no hay que preocuparse, se explica bien por qué muy poca gente valora de forma integral los ciclos de la materia que se dan en los bosques”, dijo en entrevista para El Diario NTR.

La frecuencia de fuego podrá, en un caso positivo, no derivar en la pérdida de la superficie forestal. Pero ese bosque podría enfermar más fácil, pues se va degradando.

“Podemos decir que hay diferentes niveles de degradación; cerca de la mitad de los bosques de Jalisco han perdido su condición de salud, ideal, o sea, tenemos un capital de bosques sanos, que es más o menos la mitad de la superficie que está en los censos forestales -cuando digo que están sanos no esa que nada más los arboles, sino que todos los seres vivos están sanos, que la biodiversidad se sigue recreando en estos lugares, hablando de las bacterias, de los microbiomas que hay en los suelos, hasta la parte de los grandes organismos animales o de vegetales-“.

Y hay “otra mitad de bosques en un proceso de afectación es decir, sometido a estrés, degradación, con parte de sus procesos alterados; y la parte más afectada son los suelos, y también la presencia de las especies que son fundamentales para mantener los equilibrios; por el fuego se está regresando continuamente a un punto de origen, a la sucesión forestal; a final de cuentas tanto los incendios como la erosión de los suelos tienen como elemento común que regresan desde un bosque de pinos bien implantado, una sucesión clímax, al principio otra vez, a formar suelo, a brotar pastos y matorrales, y serán muchos años o décadas para regresar al bosque, lo que significa que la estabilidad natural de ese ecosistemas se ha roto; es el colmo que en suelo forestal tu tengas un 2 o 3 por ciento de materia orgánica, cuando debería haber más de 5 por ciento de materia orgánica, es decir, no solo humus incorporado en el suelo, sino materia viva dentro del suelo”.

- Entonces, no debe sorprendernos que tengamos tantos problemas de plagas forestales…
- Claro, eso es una consecuencia; una función que tiene el suelo es proteger contra plagas y enfermedades a los organismos que habitan ahí; cuando vemos a un bosque que se enferma, a un bosque que se emplaga, habrá que buscar la solución en el deterioro del ecosistema, comenzando con la parte de la base, que es el suelo.

- Y tampoco tenemos una legislación sobre suelos, ¿no hace falta?
- Es correcto, había una ley de conservación de suelo, allá por los años 30, y esa ley fue derogada; habría que reconocer que la falta de cultura hacia el suelo deriva en la falta de un buen manejo; el problema no es únicamente la producción de biomasa para alimentos, sino que toda la biomasa que está en el continente viene del suelo, y no solamente eso, sino la regulación de los ciclos del agua: depende del tipo de suelo, la calidad de agua; es decir, hay múltiples funciones que tiene la parte del suelo, y es el que estamos degradando, y no hay ni siquiera estadísticas; el colmo es que de repente en algunos de los planes de ordenamiento que se trabajan, el suelo está totalmente ausente. Uno se pregunta cómo se piensa hacer un ordenamiento del territorio, sino se parte del conocimiento y del manejo y la restauración de los suelos; sencillamente no hay posibilidad.

Para Curiel, esa es al gran diferencia “en lo que debiera ser un sistema de valoración del efecto de los incendios; hasta el momento sigue siendo registrar que se quemaron tantas hectáreas, y no se preocupen, la gran mayoría fue incendio superficial, y no, eso te eleva a hasta 200 veces la degradación de los suelos: el suelo que se podía perder en un año, de repente se multiplica; en el incendio se va lo que debió de perderse en 200 años. Allí hay un problema muy serio que debemos subir a valorar, porque impacta a los ecosistemas, pero también la economía rural y potencia problemas de desastre.

Finaliza: “me resisto a pensar que la naturaleza y los ecosistemas están equivocados; los más antiguos ecosistemas que hay en Jalisco tienen 200 millones de años por ejemplo, en la sierra de Mascota; nosotros tenemos un millón de años, y venimos a corregir a la naturaleza, a quitar el combustible, y no es combustible, es la fuente principal para proteger los suelos, para alimentar las bacterias, para alimentar los hongos, para alimentar toda la base de todos los organismos que vemos […] le estamos quitando la parte de los nutrientes, le estamos quitando la capacidad de que las gotas de lluvia cuando caigan, se infiltren, porque si quitas la capa, las gotas golpean directamente el suelo, escurre, hay erosión y hay inundaciones aguas abajo. De ese tamaño es el tema”.

-----------------------------------

Dos datos

64% del territorio nacional presenta tasas de pérdidas de suelo extremas: más de 250 toneladas por hectárea. “Se reconocen cinco reservorios de carbono principales en los bosques: la biomasa sobre el suelo, la biomasa subterránea, la madera muerta, la hojarasca y la materia orgánica del suelo”

“Si se considera todo el carbono almacenado en los bosques (biomasa forestal, estrato herbáceo y arbustivo, la madera muerta, la hojarasca y el suelo), la cantidad de carbono es mayor que todo el carbono presente en la atmósfera. Por esta razón es evidente que cualquier perturbación en estos ecosistemas puede resultar en un cambio significativo en el ciclo del carbono”

Fuente: Comisión Nacional Forestal (Conafor)

---------------------------------



Cada incendio es distinto; “nunca te puedes confiar”


Agustín del Castillo


Cada incendio tiene una especie de personalidad, parece argumentar José Luis Cendejas Dueñas, jefe de una de las brigadas que atienden de forma permanente el bosque más presionado y vigilado de Jalisco: La Primavera.
“Defiendo mucho la idea de conservación al igual que mi familia, me gusta mucho la naturaleza, empecé como vigilante de caseta, y duré como diez años más o menos, para de ahí pasarme a lo de incendios forestales, me brinque a incendios forestales, me gusto la emoción, la adrenalina”, explica este antiguo aspirante a médico.
“Me sigue gustando la medicina, pero es mi pasión la naturaleza […] casi ya he recorrido la mayoría de las áreas del bosque; estuve de vigilante de caseta, estuve un año más o menos de operador de torre, y ahora cuatro años en incendios forestales, me tocó combatir el año pasado en el incendio de San Miguel y hace dos años el de Pinar de la Venta…”.
- ¿Cada incendios tiene su marca propia, su huella digital?
- Así es, si, depende de la magnitud del incendio y del lugar y la época en que se dé; además, son diferentes emociones; hay incendios que son más peligrosos porque anda uno como más nervioso quizás, y con los sentidos a flor de piel. La peligrosidad depende de cómo se esté comportando el el viento, determina mucho la peligrosidad, pero también otras condiciones: lo retirado que está, la topografía, qué tanta carga de combustible hay; todo eso es lo que determina cómo va a ser un incendio, cómo se va a comportar.
- ¿Cuál es el incendio más peligroso que te ha tocado?
- El de San Miguel; allí había mucha corriente de aire, la pendiente era difícil, muy inclinada […] , empezó por el descuido de una quema agrícola, se salió de control por las condiciones meteorológicas, y con la pendiente, rápido se incendió hasta la punta del cerro; como el acceso es difícil, tardamos más de media hora en llegar. Había además mucho material combustible, la zona tenía como trece años sin quemarse. Afortunadamente, en el cerro de San Miguel, y en general en La Primavera, hay una buena respuesta del ecosistema para la regeneración natural; debimos intervenir en hacer labores de restauración, previos a la llegada del temporal Después del incendio empezamos con obras de retención, obras que facilitan la filtración de agua, para que no se haga la capa impermeable, y evitar así que se hagan nuevas cárcavas.
Un siniestro forestal no debe dejar indiferente a nadie. “Cuando hay mucha afectación, se incendian los árboles, y lo más seguro es que mueran; cuando es superficial, nada más es la hojarasca que cubre al suelo mineral, es lo que se consume, pero tampoco se debe minimizar, tiene sus efectos”.
- ¿Has alguna vez afrontado un riesgo grave?
- En una ocasión en el cerro de Bugambilias, había un incendio, empezó en los pastizales por la quema de residuos forestales, y se salió de control […] con un compañero empezamos a subir, pero por lo fuerte del viento empezaron a volar pavesas, y brotó un incendio debajo de un compañero; yo iba más atrás, el fuego lo orilló a una cárcava, no podía salir, y yo creí que no lo había logrado […] pero lo escuché, tuvo un golpe de suerte, de último momento, y logró salir vivo. Así de riesgosa es esta profesión. No te puedes confiar.


No hay comentarios: