sábado, 27 de agosto de 2016

Tres de cada diez jaliscienses padecen el avance del desierto



80% del estado ha experimentado cambios en su clasificación climática a partir de 1970, y uno de sus efectos económicos es la pérdida de productividad en más de 300 mil ha maiceras.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El avance de la frontera desértica en Jalisco es silencioso, pero incontenible desde hace al menos cuatro décadas: 80 por ciento del territorio ha experimentado cambios en su clasificación climática fundamentalmente hacia ambientes más secos que en el pasado, revela una investigación del maestro en ciencias Sergio Honorio Contreras Rodríguez, de la UdeG.

“De acuerdo con el informe llamado ‘línea base nacional de degradación de tierras y desertificación’, publicado en forma conjunta por la Comisión Nacional Forestal a través de su gerencia de suelos y la Universidad Autónoma de Chapingo, a través de su Departamento de Suelos, en Jalisco, 61,680 personas, que equivalen a 0.84 por ciento de su población, viven en zonas con desertificación extrema; un millón 136,829 personas, 15.47 por ciento, viven en zonas con desertificación severa; otras 773,958 personas, 10.53 por ciento, habitan en zonas con desertificación moderada, y 486,213 viven en zonas con desertificación ligera”, explica por su parte la directora del Fideicomiso del Programa de Desarrollo Forestal del Estado, Gabriela López Damián.

En otras palabras, “en Jalisco, cerca de 33.5 por ciento de su población habita zonas con algún grado de desertificación […] datos del INEGI publicados señalan que Jalisco cuenta con 42 municipios en zonas áridas o semiáridas, es decir, uno de cada tres”, agrega.

El estudio del académico de la UdeG arriba aludido, revisó en 2006 82 estaciones climatológicas de toda mla entidad. “Considerando la información actualizada y los resultados obtenidos se puede concluir que 65 de las 82 estaciones analizadas, experimentaron de uno a tres cambios en la fórmula climática. Si se consideran estas 82 localidades como una muestra representativa, se puede concluir también que la mayor parte del estado ha experimentado cambios en su clasificación climática”.

Dentro de las regiones más impactadas, sigue el maestro del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, se encuentran la región Noreste (correspondiente a Los Altos Norte), la región Norte (cabecera en Colotlán) y la región Sureste, cuya cabecera es Tamazula de Gordiano.

“Dentro de los cambios en la clasificación climática que se verificaron se encuentran los correspondientes al grupo climático, subtipo climático y nomenclatura secundaria, siendo los de mayor relevancia los referentes al paso de clima subhúmedo a clima semiárido, los relativos al paso de un clima menos cálido a un clima más cálido, los que se refieren a una disminución del cociente anual precipitación temperatura, los que aluden a un cambio en la estacionalidad del mes más cálido, al pasar el mes más cálido de mayo a junio, y los que se relacionan con una disminución del porcentaje de lluvia invernal”, agrega.

La mayor parte de los cambios “se debieron a una disminución de los volúmenes de precipitación y a un incremento de la temperatura”. De hecho, “53 por ciento de la superficie estatal ha experimentado cambios drásticos en el uso del suelo y deforestación durante los últimos 40 años, los cuales han consistido en una reducción del 38.17 por ciento de la superficie de selvas, de 37.22 por ciento de la superficie de bosques, a costa de un incremento del 1,100 por ciento [sic] de la superficie dedicada a la agricultura”.

Esos niveles drásticos de deforestación “se acentúan en las regiones en las que los cambios de clasificación fueron más relevantes, esto es las• regiones, Noreste, Norte y Sureste, por lo que seguramente estos niveles de deforestación y cambio en el uso del suelo han repercutido en cambios en los patrones climáticos y por tanto en cambios en la clasificación climática del estado”, concluye Contreras Rodríguez.

De seguir las tendencias, añade, “en la pérdida de la cobertura vegetal y en las modificaciones al uso de suelo, es de esperarse continúe el avance de la desertificación […] las variaciones climáticas identificadas se tradujeron en cambios en la distribución espacial sobre todo de los climas secos del estado de Jalisco, por lo que se requiere una actualización de la carta climática del estado de Jalisco […] apuntan hacia un impacto negativo sobre el ciclo hidrológico, lo que ocasionará en un futuro cercano un incremento del déficit de disponibilidad de agua en el estado”.

No es un estudio aislado, destaca la directora del Fiprodefo; “etudios realizados por el Instituto de Astronomía y Meteorología de la casa de estudios […] han señalado también a la zona de Los Altos y Norte del estado de Jalisco como las más vulnerables, donde podrían registrarse un descenso alarmante en la precipitación pluvial de entre el 20 y 30 por ciento…”.

Otro grupo de investigadores de la UdeG y del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (José Ariel Ruiz Corral, José Luis Ramírez Díaz, Francisco Flores Mendoza y José de Jesús Sánchez) elaboraron años antes (2000) un estudio intitulado “Cambio climático y efectos sobre las áreas potenciales para maíz en Jalisco”.

Sus conclusiones convergen con el estudio de Contreras Rodríguez, y exhiben un impacto en la economía estatal que se debe considerar: “las variaciones climáticas operadas durante el periodo 1972-1996 han repercutido en una reducción de 319,950 ha de la superficie potencial para el cultivo de maíz. Tales variaciones han impactado también negativamente sobre el potencial productivo del maíz en el estado, ya que en la actualidad existen menos hectáreas potenciales para genotipos de ciclo intermedio-tardíos, considerados hasta hoy, los más productivos en el estado”.

Claves

Algunos datos nacionales

"De acuerdo a los criterios de la Convención Mundial de Lucha Contra la Desertificación en países afectados por sequía grave y desertificación, en México, en forma anual, las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas ocupan el 53.94% del país", 27 por ciento de Jalisco está ubicado en esa amplia franja territorial

"La disponibilidad de agua en el suelo es marginal de enero a diciembre en 61% del territorio mexicano, es decir; aunque existen áreas que por sus valores de precipitación y el tipo de cálculo de evapotranspiración, no pueden ser consideradas como áridas, semiáridas o subhúmedas secas, en su manejo agropecuario requieren ser manejadas como tales, derivado que la disponibilidad marginal de agua en el suelo"

Las grandes demarcaciones áridas del país son el Desierto de Sonora: Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa; el Desierto de Chihuahua: Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí y Zacatecas, que se prolonga en la región Centro a los estados de Aguascalientes, Guanajuato y Jalisco; región Hidalguense: Hidalgo, México, Querétaro y Tlaxcala; región Mixteca: Oaxaca y Puebla; región Sureste: Yucatán. Además, pequeñas zonas áridas y semiáridas en los estados de Campeche, Guerrero, Michoacán, Veracruz y Yucatán

Fuente: Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza-Sagarpa)

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