lunes, 8 de agosto de 2016

San Andrés requiere “soluciones de cuenca” a inundaciones



Dice que obras del ayuntamiento son un paliativo que no resolverá el problema del deterioro urbano de la cuenca del oriente de la ciudad.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Las inundaciones recurrentes en la cuenca de San Andrés, en el oriente de Guadalajara, no son obra de la providencia: el pésimo modelo de urbanización que se ha aplicado en el último medio siglo ha dejado su huella, traducida en grandes inundaciones anuales y víctimas mortales como saldo al final de cada temporal, advierte el experto en hidráulica por la Universidad de Guadalajara, Arturo Gleason Espíndola.

El académico, quien realizó un recorrido con vecinos del área la pasada semana, les ofreció primero, en el parque San Rafael, la información de un simulador de lluvia donde se aprecia de modo claro cómo la ocupación caótica del territorio tiene como consecuencia que se desestructura el ciclo del agua.

“Ahí se muestra cómo las cuencas se han degradado y cómo se producen las inundaciones ahí en Balcones de Oblatos; el simulador enseña el impacto de la urbanización que repercute en inundaciones; se los mostramos con un plano de la cuenca. Estamos desarrollando una investigación para modelar las cuencas; esto es con un programa que vamos a adquirir vamos simular las inundaciones por computadora, y por eso necesitamos saber bien qué está pasando en la realidad, para compararlo con la simulación en la computadora; justamente por eso, saldremos a Portland, Oregon [Estados Unidos], a una capacitación de este software con la idea de modelar o representar cómo funciona la cuenca y diagnosticarla completa y no solo en partes para determinar qué propuestas deben aplicarse”, refirió a MILENIO JALISCO.

Esas propuestas deben estar orientadas “a la restauración hidrológica de cuencas urbanas: recargar agua al subsuelo, retener agua en casas y vasos reguladores, reusar agua de lluvia; es decir, queremos modelar la situación actual y la solución con propuestas de restauración sostenibles ambientalmente, para comprobar de este modo si es posible bajar las inundaciones”.

Posterior al ejercicio de simulación, el consultor se acompañó de un grupo vecinal para visitar las obras construidas para prevenir anegamiento, “que nos llevaron a las siguientes observaciones: las construcciones propuestas por Guadalajara son intentos de paliativos de una problemática que abarca 2,137 hectáreas las cuales están densamente urbanizadas”; de por sí son paliativos mal planteados, pues “se utilizan materiales impermeables como la piedra brasa que aumenta la velocidad del agua; el canal propuesto no tiene capacidad para conducir las aguas pluviales y a los lados de los muros está socavado por la fuerza del agua que no cabe en el canal; también pusieron unas represas de piedra suelta que no retiene eficientemente el agua pluvial; el torrente por el lado izquierdo socava el bordo, y cuando la avenida de agua es alta lleva a arrastrar las piedras sueltas aguas abajo, poniendo en riesgo la vida de las personas que viven allí”.

Por si fuera poco, “son obras que siguen mezclando aguas negras y pluviales, es decir, no hay estrategias de infiltración o reúso; su inadecuado diseño y aplicación ponen en riesgo la vida de las personas ya que no están dimensionadas correctamente”.

Pero además, “falta la visión de cuenca. Solo se trata de paliar el asunto en puntos muy conflictivos como el sitio ubicado en José María Iglesias y Plutarco Elías Calles”. Lo cierto es que “hace falta un estudio de diagnóstico a fondo, fundamentado en la generación en tiempo real y los históricos de las lluvias (estaciones meteorológicas), medir la cantidad de escurrimiento para diseñar las estructuras de retención y conducción, y la capacidad de infiltración del suelo”, añade el académico.

Se olvida que “es necesario modelar la cuenca antes de ejecutar obras; si no se sabe cómo comporta la situación vía modelación, ratificada por la experiencia de los vecinos, no se podrá diseñar las obras”.

Las propuestas

 Modelar y establecer un modelo real, pues si éste funciona, “tenemos la alta probabilidad de ejecutar esas obras y acciones”

 Realizar un plan de manejo de la Cuenca San Andrés que incluya un diagnóstico a fondo, con simulaciones de la situación actual y la propuesta

Validar la propuesta ante la población, que así asumirá su tarea en la solución. La premisa son “tres r”: recargar, retener y reusar el agua

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