lunes, 29 de agosto de 2016

La densificación urbana colapsará patrimonio si no se le fijan reglas



Señalar los problemas sin establecer mecanismos para resolverlos es una de las debilidades del Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet), opina el urbanista José Javier Gómez Álvarez

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Señalar los problemas sin establecer mecanismos para resolverlos es una de las debilidades del Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet), porque “las cuestiones concretas, vitales para la ciudad, quedan, de nueva cuenta, para ser dirimidas en los planes parciales municipales, cuya actualización no ha fructificado en Guadalajara municipio, desde hace varias administraciones”, sostiene el urbanista José Javier Gómez Álvarez, de la Escuela Superior de Arquitectura (Esarq) .

“Es urgente clarificar el tema de la redensificación […] la diferenciación por aspectos ambientales, patrimoniales o sociales en los distintos barrios ligados al transporte masivo, requieren y justifican tratamientos y estrategias diferenciadas para alcanzar la redensificación sustentable que menciona el plan. “Debe especificarse cómo se lograría que estos valores urbanos se mantengan en los barrios redensificados, asumiendo que deben conservarse”, añade en una opinión entregada a este diario.

“En cuestión de tiempos, se debe precisar cuándo ocurriría el incremento en la densidad. Asumimos que sería hasta que las infraestructuras del transporte estén desarrolladas y en funcionamiento, y no antes, lo que trastocaría la vida de colonias y barrios, como ya sucede con las obras de la L-3 [Línea 3 del Tren Ligero]”. En el tema clave de los usos mixtos del suelo, que el POTmet propone implementar, necesita especificarse cómo se dictaminarían, y qué instancias los reglamentarán. Los usos mixtos indiscriminados y sin regulación afectan drásticamente la calidad de vida de los residentes de los barrios, desalientan la vivienda, y, por el contrario, tienden a expulsar habitantes, en lugar de atraer nuevos, generando procesos de terciarización y gentrificación [expulsión de población residente]. Debe responderse cómo se lograría la convivencia y respeto de los usos mixtos a lo habitacional”.

Sobre las infraestructuras y los servicios, “además de solucionarse el transporte, la dotación de agua potable y el alcantarillado son insuficientes en muchas de las zonas a redensificar, por lo que un instrumento de planeación eficiente debe especificar cuáles son las instancias responsables de implementar estos servicios, si es el estado, el municipio, o los desarrolladores privados, y en que plazos debe hacerse, para lograr una redensificación efectiva […] también importante es conocer cómo se controlará la especulación inmobiliaria, máxime, si la idea es implementar vivienda de costo accesible en las centralidades intraurbanas. Lograr que la redensificación resulte en un beneficio colectivo, y no un mero negocio privado”.

Es decir, “la redensificación no es una panacea en automático, por el contrario, una redensificación desmesurada puede ser el siguiente macro fracaso de Guadalajara, con el agravante, de la pérdida de muchos de sus valores urbanos […] una ciudad compacta, conectada y cercana es razonable, pero para construirla con calidad, se requieren obras y proyectos tangibles, bien planeados, ejecutados con cuidado, con una adecuada coordinación entre las diversas instancias, con claridad en las reglas, en el qué sí se puede, y qué no”, concluye Gómez Álvarez.

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