jueves, 5 de junio de 2014
Reforzarán el monitoreo del puma en La Primavera
Prosperan especies pese al asedio al bosque; buscan fortalecer el trabajo para que densidad y rutas de la fauna fortalezcan la toma de decisiones.
Agustín del Castillo/Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Las primeras fotos, en el año 2009, muestran a un macho fuerte y marcado que ha bajado de un abrevadero para seguir su marcha hacia las sombras; tres años después, cuando La Primavera era estremecida por el fuego más devastador de los últimos tiempos, una hembra y dos pequeños cachorros deambulaban despreocupados también en la noche, en ese mismo estanque; en abril pasado, de nuevo un macho posó frente a la cámara entre el bosque nocturno.
Se trata del Puma concolor, el felino con más amplia distribución en las Américas, y que en La Primavera significa una señal de esperanza en el tema de la conservación de una diversidad biológica que rebasa 1,300 especies entre flora, fauna y hongos. La señal debe ser de apremio también, dado que día con día, los ecosistemas del área silvestre protegida de la región de Guadalajara padecen los estragos de una creciente urbanización que la van encerrando por sus cuatro costados. Un puma adulto requiere territorios de 50 mil a 60 mil hectáreas, pero el polígono de este bosque ronda 30 mil ha. ¿Cómo garantizar que no se vaya?
“Para que esté en la zona lo que tenemos que hacer es conservar el hábitat lo mejor que se pueda; ahorita hay presencia de puma y eso nos indica que es zona de presas, como también puede ser para algún otro mamífero de talla grande […] en el bosque tenemos identificados en los últimos registros la presencia de dos pumas adultos; todavía a finales del año pasado se registró una hembra con dos crías, lo cierto es que ahora el bosque puede mantener a los animales, y la estrategia es conservar el bosque y las zonas alrededor como pueden ser Cerro Viejo, Sierra de Quila, Ahuisculco, el Tepopote que lo une con la barranca del Santiago; evidentemente no se puede limitar la estrategia a La Primavera, hay que mantener los corredores para que el puma siga viniendo”, dijo a MILENIO JALISCO Filiberto González Martín del Campo, responsable de manejo de fauna en el área protegida.
La reproducción del venado cola blanca (Odicoleus virginianus) ha sido exitosa y como principal presa del felino, garantiza el mantenimiento de la pirámide trófica. Establecer esquemas de conservación de grandes felinos permite proteger ecosistemas enteros, dada su calidad de superdepredadores, que dependen de que el resto de la pirámide alimenticia, desde suelos fértiles hasta herbívoros, se mantengan. Por eso se les denomina “especies sombrilla”.
González Martín del Campo señaló que se pretende pasar a una segunda fase en el monitoreo de fauna: que sea una herramienta científica sólida para tomar decisiones. No sólo constatar presencias, sino determinar densidad de poblaciones y desplazamientos. Se busca para el felino un collar de telemetría o de ubicación por vía satélite para que revele datos esenciales de su ecología.
Antonio Ordorica Hermosillo, director interino de la reserva, advierte que este programa heredado en la dirección a su cargo, se consolidará con trabajo de universitarios que se especializan en fauna, pues se deben actualizar inventarios de aves, reptiles, identificar nuevas especies vegetales y microorganismos, pero el puma se consolida como emblema de la conservación de estas montañas sitiadas por el hombre.
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