domingo, 1 de junio de 2014

Expertos dan respaldo para proteger bosque en Talpa



Miembros de la Comisión Forestal de América del Norte acudieron al municipio de la sierra costera de Jalisco, cuyos ecosistemas viven tiempos difíciles.

Agustín del Castillo/Guadalajara. Milenio Jalisco. 

Doce años después de la petición firmada por más de la mitad de los ciudadanos de Talpa de Allende, de establecer una reserva de la biosfera para proteger el bosque mesófilo de montaña donde habita una de las escasas comunidades de arce de azúcar o maple (Acer skutchii) en toda la América tropical, el expediente duerme en el olvido, ante la indiferencia de dos sucesivos gobernadores de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez, y el compromiso todavía incumplido del que está en funciones, Aristóteles Sandoval Díaz.
De hecho, apenas se cuenta con la raquítica protección de 150 hectáreas, cuando la necesidad de preservación se extiende a casi 50 mil, pues de otra manera no será viable este bosque de niebla que mantiene relictos vegetales de las glaciaciones que definieron la historia geológica y biológica, así como la presencia humana en este hemisferio.
La amenaza, además de una obra carretera ilegal que abrió el gobierno de Ramírez Acuña en 2003 a escasos metros de la cañada donde ha sobrevivido el arce, está desatada por los crecientes procesos de colonización desde la región Costa Norte de Jalisco, pero sobre todo, por el inquietante expediente del cambio climático, que a nivel global parece condenar a este tipo de ecosistemas que requieren una convergencia especial de sombras, humedad y clima templado.
El ascenso de las superficies dominadas por el calor podría borrar este tipo de florestas —apenas 1 por ciento de la superficie mexicana—, destruir frágiles procesos biológicos y especializaciones propias de un sitio de encuentro de zonas templadas y tropicales, y una diversidad de especies similar a la de una selva húmeda de Guatemala, Indonesia o El Congo.
Dos de los visibles promotores de esta reserva enclavada en el límite norte de la Sierra Madre del Sur, el investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG) José Antonio Vázquez García —codescubridor de ese corredor de arces— y el promotor de desarrollo comunitario Toribio Quintero Moro, junto con el presidente municipal, Héctor Javier Palomera Uribe, recibieron a visitantes del Grupo de Trabajo para los Recursos Genéticos Forestales de la Comisión Forestal de América del Norte, posterior a una reunión en la sede de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), en Zapopan.
“Los visitantes quedaron muy impresionados no sólo por este bosque, sino en general, reconocen que Talpa es el municipio con más diversidad biológica de Jalisco y respaldan y recomiendan todas las tareas de protección que se den, y lo dejarán patente en la próxima reunión de la comisión, junto con expertos de la FAO, en este mes de junio”, explicó Quintero Moro a MILENIO JALISCO.
Por su parte, el botánico Vázquez García elaboró un artículo de su exposición en el encuentro realizado el jueves 15 de mayo. “El aspecto más sobresaliente es la vulnerabilidad del bosque de arce al cambio climático global, dada la reducida superficie actualmente protegida por el gobierno del estado; hasta la fecha no se ha logrado consumar la declaratoria de proteger al menos una quinta parte de lo recomendable como parque estatal. Además, la frecuencia de incendios forestales en su entorno y en ausencia de brigadas antiincendios, así como aprovechamientos forestales y actividades productivas en las cercanías acentuarán el efecto de borde, aumentando los riesgos de perder el más sobresaliente relicto del terciario de todo el occidente y norte de México”.
En Jalisco, sólo hay otra comunidad de arces, considerablemente más pequeña, en la Sierra de Manantlán, en la Costa Sur. Y en el país, apenas se ha documentado un bosque pequeño en la reserva de la biosfera El Cielo, de la Sierra Madre Oriental (Tamaulipas). Hay que descender a Chiapas y Guatemala para encontrar de nuevo ecosistemas de este tipo.
Ejidatarios locales conversaron con la misión de expertos mexicanos, estadounidenses y canadienses, liderada por Cuauhtémoc Sáenz Romero y a nivel del subcontinente por Kurt H. Johnson, para que se convenza a los gobiernos mexicanos y de Jalisco de otorgar más apoyos para transitar hacia el uso sostenible de estos bosques.
Diversidad de la cañada del Maple: arce de azúcar (Acer skutchii), podocarpo (Podocarpus reichei), Oyamel jalisciense (Abies guatemalensis variedad jaliscana), helecho arborescente (Cyathea costaricensis), matuda (Matudea trinervia), pino blanco (Pinus ayacahuite variedad novogaliciana), pino de Jalisco (Pinus jaliscana), encino borneo (Quercus insignis), álamo blanco (Populus guzmanantlensis), nogal cimarrón (Juglans major), cirimo (“Tilia mexicana”) y magnolia del Pacífico (Magnolia pacifica)
En los bosques Talpenses nacen los ríos San Nicolás, Macota, San José, Cuale, Pitillal, “que son la parte fundamental para la captación de 95% agua de la presa Cajón de Peñas así como para provisión de 87% del agua para el centro internacional turístico de Puerto Vallarta”, destaca Vázquez García.

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