Investigadores de la UdeG y la UNAM advierten que los errores humanos de tres décadas antes pasaron factura. Los megadesarrollos son responsables de los daños. La foto aérea es de 2008 y es cortesía del Centro de Estudios sobre Desarrollo Sustentable de la Costa, de la UdeG
Agustín del Castillo / Cihuatlán. MILENIO JALISCO
Con la pérdida de la playa en Barra de Navidad, un error grave sería pensar que se trata de un simple e ineludible desastre natural, cuando son claros los factores humanos que potenciaron el proceso. Y es doblemente importante porque perder esa claridad podría impedir tomar una decisión seria y a largo plazo, sostienen investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Francisco Silva Bátiz, director del Departamento de Zonas Costeras de la UdeG, advierte que “es claro que existe una relación de las modificaciones en la laguna y la erosión de la playa […] es importante destacar que el dragado de la laguna es sólo una medida temporal de rehabilitación, y que la solución al problema del azolvamiento de la laguna debe de considerar un estudio integral de la cuenca del río Arroyo Seco así como del papel que juegan las estructuras y rellenos dentro de la laguna”.
El departamento a su cargo elaboró en 2010 para la Secretaría de Turismo de Jalisco, un plan de restauración de la laguna, que es sitio Ramsar por su importancia como humedal para la comunidad mundial.
En ese documento, se señala: “El desarrollo Grand Bay es el principal causante del deterioro ambiental y de los cambios hidrológicos que han generado una serie de problemas que han llevado a la desaparición de importantes recursos pesqueros en la laguna [como el callo de hacha]. Ha generado el azolvamiento de la laguna y la pérdida del espejo de agua debido al incremento de tamaño de la boca de la laguna y la construcción de la escollera en este sitio, lo cual modificó el patrón natural de circulación del agua así como los procesos naturales de erosión-depositación”.
De hecho, “fue a partir de la construcción de esta escollera [comenzada en 1986] que se incrementó la depositación de arena dentro de la laguna contribuyendo de esta manera a su azolvamiento y generando al mismo tiempo la necesidad de dragar la zona de la boca para permitir la entrada de los yates y veleros a las dos marinas existentes en la laguna”. También “se modificó el proceso natural de erosión y depositación de sedimentos en la playa y debido a eso, una extensa zona de la playa marina a partir del malecón y la escollera se fue perdiendo…”.
Tres años después, luego de Jova, Rodolfo Silva Casarín y Edgar G Mendoza Baldwin, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, señalaron que la información estudiada “refleja contundentemente los efectos antropogénicos que ha sufrido el sistema litoral integrado por las playas de Melaque, San Patricio y Barra de Navidad y las lagunas del Tule y de Barra de Navidad. Si bien algunos efectos han sido más notorios bajo la influencia de eventos naturales muy intensos, tales como el tsunami provocado por el sismo de octubre de 1995 y el oleaje, corrientes, marea de tormenta y precipitaciones extraordinarias generadas por el huracán Jova en octubre de 2011, con o sin ellos el proceso de erosión que sufre la playa de Barra de Navidad se iba a presentar dada la inestabilidad que han provocado las actividades humanas en el sistema”.
Así, “pudimos corroborar que existen una serie de actuaciones que sensiblemente han disminuido la resilencia [capacidad de autorregeneración] y aumentado la vulnerabilidad del sistema costero. Entre las modificaciones más sobresalientes destacan la deforestación, rellenos y construcción inadecuada de infraestructura, que han alterado el equilibrio dinámico del ecosistema y, como consecuencias principales, se tienen el azolve de la laguna Barra de Navidad y erosiones en la zona de playa desde Barra de Navidad hasta San Patricio, estas últimas debidas esencialmente a una disminución de las fuentes naturales de arena, un aumento local de la magnitud de las corrientes inducidas por el oleaje a lo largo del frente costero y alteraciones en los patrones de corrientes en el sistema lagunar.
“Se tienen que tomar acciones inmediatas para contener la erosión costera, de no hacerlo se corre el grave riesgo de que se presente un problema mayor con consecuencias sociales, ecológicas y económicas muy severas ya que, eventualmente, la zona marina seguirá avanzando hasta el grado de generar brechas y bocas entre el mar y la laguna destruyendo propiedades y poniendo en peligro vidas humanas”, advierten.
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Claves
Sin playa por 6 causas
1 Dragado de un canal de navegación y remoción del “morro del puntal” –el extremo de la barra arenosa-, “el elemento que más ha contribuido a la pérdida de estabilidad del sistema costero”
2. Construcción de un espigón que presenta una sección exenta [escollera, emergida] y otra sumergida. “Esta obra rompió el equilibrio dinámico de la barra y está direccionando los sedimentos, que antes alimentaban de forma natural a la playa, hacia aguas más profundas en donde la acción del oleaje y las corrientes marinas no son capaces de transportar la arena hacia la playa”. También provoca que el efecto del oleaje sea más erosivo en el frente de playa
3. Relleno y tala de mangle. “Estas actividades se han realizado en diferentes áreas del sistema lagunar cambiando drásticamente el patrón de corrientes y los suministros naturales de sedimentos”
4. Los rellenos, particularmente el que se encuentra frente a la marina dentro del sistema lagunar “están generando un efecto de embudo en las corrientes y por ende mayor sedimentación aguas arriba”
5. Desecado de mangle y deforestación
6. Infraestructura sobre la duna costera. “En algunos casos se han construido cimentaciones inapropiadas a base de tablestacas o elementos verticales que, cuando son alcanzados por el oleaje, incrementan el poder erosivo”
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