martes, 23 de mayo de 2017

En Tuxpan de Bolaños, dos muertos hacen ruido… a los grupos criminales



Ayer, los wixaritari despidieron ceremonialmente a Miguel y Agustín Vázquez Torres, y exigieron al gobierno de Jalisco esclarecer sus homicidios.

Agustín del Castillo / Guadalajata. MILENIO JALISCO. 

Ayer por la tarde hubo un adiós en Tuxpan de Bolaños, poblado de adobe ocre y techos rojos enclavado en una áspera meseta en el sur del mundo huichol, en la Sierra Madre Occidental. Fue la despedida para dos hombres asesinados.

Miguel y Agustín Vázquez Torres, hermanos por la sangre, fueron formalmente licenciados de sus deberes terrenales hacia las entrañas del cosmos wixárika en el que nacieron y crecieron, y que por obra de su teología, no los condena a la nada. Fue un adiós plagado de ceremonia, de plegarias y de resignación, pero esto no apaga la desazón, el miedo y el enojo generados por la acción violenta del sábado anterior.

Un grupo armado irrumpió en una fiesta, un 'coleadero' organizado por la autoridad comunitaria para recaudar fondos, y buscó la provocación del ex presidente de bienes comunales. Dicen los moradores de Tuxpan que habrían pagado para matarlo.

Dudan sobre si fue directamente esa "célula criminal" del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), a los que Miguel estorbaba porque se había negado de forma reiterada a que se instalaran en el poblado más populoso de la sierra con un centro de operaciones para control de caminos – por allí pasa la ruta comercial formal e ilegal más importante de esa zona de la sierra-, o bien, si en los hechos tendría que ver el conflicto por tierras en Huajimic.

"Ya nos habían advertido cuando estábamos en negociaciones para ejecutar las sentencias, que algunos ganaderos podrían contratar a sicarios porque estaban furiosos con la pérdida de sus tierras [...] incluso el fiscal nayarita, que ahora sabemos está vinculado con el narco, pues está detenido por eso en Estados Unidos [Édgar Veytia Cambero], les dijo que sembraran droga en nuestras tierras para tener un pretexto para detenernos. No se puede descartar esa posibilidad", señaló irritado un comunero, en conversación telefónica con MILENIO JALISCO.

También deberá esclarecerse la actuación de la presidencia municipal de Bolaños: Tuxpan es el segundo poblado más populoso, pero los policías municipales, que estaban en las cercanías, no impidieron el segundo homicidio: "provocaron a Miguel, pero no cayó en su juego y se fue a su casa; mataron entonces al abogado, Agustín, y como es natural, fueron a avisarle a Miguel, que acudió al centro comunitario donde estaban atendiendo a su hermano. Allí llegaron los sicarios y lo atacaron. Fue una diferencia de más de 20 minutos entre los dos ataques", añade otro testigo.

Llama la atención de que los asesinos habitaban el poblado desde tiempo atrás. Es decir, alguien les rentó la casa en que habitaban, y su presencia los hizo entrar en roce constante con el presidente comunal, cuya gestión terminó hace menos de tres meses, y que, como consta en las investigaciones preliminares de la Fiscalía General del estado, fue un opositor a su presencia que no les dio tregua, lo que lo hizo un personaje incómodo para los criminales.

La permanencia de los traficantes de drogas no ha sido inocua para Tuxpan de Bolaños. Se reporta a la fiscalía un crecimiento en las adicciones que obliga a un tratamiento de salud pública en el corto plazo. También circulan historias sobre plantíos de amapola y de mariguana. En el primer caso, derivaría del aumento de la demanda de materia prima de heroína en el mercado de Estados Unidos, lo que haría insuficiente lo que produce el estado de Guerrero. Es decir, la plaza de Tuxpan es muy importante para mantener la producción y el trasiego, pues está a menos de 20 kilómetros de la frontera nayarita, la puerta hacia el corredor del Pacífico.

El otro elemento no es menos "interesado" en el tema: los aborígenes han logrado en juicios definitivos la recuperación de unas diez mil ha ocupadas desde medio siglo a una centuria por ganaderos apoyados por el estado de Nayarit. La primera restitución, el 22 de septiembre de 2016, ocasionó un exacerbamiento de los posesionarios afectados, e incluso amenazas para el equipo legal de los wixaritari. "Si usted regresa a esta zona, le prometemos que ya no saldrá", le dijo un ganadero al asesor jurídico de San Sebastián, Rubén Ávila Tena.

La fiscalía se ha comprometido a encontrar a los culpables. Ayer había fuerte presencia policiaca, y la sólida imagen nacional e internacional del pueblo wixárika, emblemático como pocos en América Latina como icono de la riqueza aborigen, causaba sus efectos mediáticos y su presión sobre el gobierno de Jalisco. La sierra está en alerta. Los asesinos huyen por la intrincada orografía, y dos muertos claman justicia desde la aldea de techos rojos, rodeada de la extenuada naturaleza de un mayo inclemente.

SRN

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