jueves, 4 de mayo de 2017

Dudas sobre proyecto de SCT en San Francisco



La restauración completa del templo, una de las preocupaciones centrales tras el paso de la tuneladora en la zona.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Estos diez requisitos, de los que MILENIO JALISCO conoció un apunte, se concretan en conocer en detalle el proyecto de intervención en la zona del templo, "en planos, esquemas, fotografías y documentos legibles y medibles, y que incluyan estudios de suelos, trazos, profundidades"; además del proyecto ejecutivo de ingenierías. También, un reporte del estado físico del templo al inicio de las obras de consolidación preventiva; las bitácoras de las obras para el reforzamiento del suelo por parte de los contratistas y peritos responsables, y las correspondientes a las obras de mantenimiento y de prevención del templo, "firmadas por los peritos responsables por parte del INAH [Instituto Nacional de Antropología e Historia]". El inventario físico del templo que incluye mobiliario, pinturas, esculturas, vitrales, retablos, iconos y otros artículos religiosos. El "modelado" del templo, con énfasis en agrietamientos asentamientos y deformaciones, "para determinar las zonas débiles". El estado de deformaciones actuales con respecto a las iniciales sobre la esquina noreste del templo. La determinación detallada de periodos de vibración del templo, dado el cambio de un suelo "exitoso como soporte por 450 años", a un suelo modificado.

El estado actual y real del suelo encementado, "con cortes transversales" a cada cinco metros en la esquina noreste del templo, con reporte de calidad confirmada. El diseño de inyecciones adicionales a las realizadas en la zona del paso del túnel (las cuales, aparentemente no se hicieron) "para prevenir un fenómeno de resonancia suelo-estructura que exigiría una solicitación sísmica mayor, que pondría en riesgo la estabilidad del templo".

A esto, exigir mesas técnicas que ya habían sido ofrecidas por el Siteur (Sistema Tren Eléctrico Urbano) entre pares, "con la información técnica del proyecto de intervención de L3, en la zona de San Francisco y Aranzazú, entregada en tiempo y forma, para su análisis y discusión, para plantear y encontrar soluciones técnicas concretas, al agrietamiento y riesgo de colapso en que se encuentra el templo".

La presencia "física y participativa" de los supervisores por parte del INAH en dichas mesas. Y finalmente, el compromiso-fianza otorgado por el Siteur y la SCT, avalada por el INAH para la restauración total del templo, al término del paso de la tuneladora, dadas las eventuales afectaciones.

Todo este trabajo, añade el grupo asesor, debe llevar inherente "la certificación de hechos ante notario público del estado actual del templo y de las observaciones de los peritos en suelos, estructuras y restauración de monumentos", los cuales deberían haber participado en la mesa técnica previo al paso de la tuneladora.

El grupo asesor formal de los monjes está conformado por Guillermo Aceves, Sergio Carmona y Alfredo Varela, al menos formalmente. Se desconoce cuántos de estos puntos fueron satisfechos por la autoridad, y si la orden religiosa tiene confianza en que la restauración completa se realizará. A nivel de la iglesia catóilica, mientras el arzobispo en funciones, Francisco Robles, considera que no hay riesgos, el arzobispo emérito, Juan Sandoval, ha alertado sobre los efectos de la tuneladora en el centro patrimonial.

SRN

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