martes, 2 de mayo de 2017

Pasó la tuneladora y agrietó el templo de San Francisco



Al arquitecto Jorge Fernández se le permitió realizar una visita técnica al templo cerrado; expresa sorpresa ante daños derivados del mal manejo del sitio

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Ya ha pasado la tuneladora La Tapatía por abajo del templo de San Francisco, y si bien, el edificio barroco no se derrumbó, el tratamiento "preventivo" de que fue objeto ha repercutido en la aparición de numerosas grietas cuya evolución, ya con la Línea 3 del tren ligero en operaciones, es de "pronóstico reservado".

Quien así lo señala es un consultor que fue invitado a revisar el inmueble, cerrado desde hace varias semanas, y que entregó a MILENIO JALISCO sus conclusiones tras una detallada observación, el pasado 28 de abril, incluidas las fotografías que acompañan a este texto. Es el reconocido urbanista, arquitecto de formación y catedrático de larga data en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la UdeG, Jorge Fernández Acosta, quien lamenta que el gobierno federal muestre "un claro desinterés" por el patrimonio arquitectónico de Guadalajara, al improvisar soluciones solamente para que el paso de la máquina oruga que abre el túnel del tren no generara consecuencias inmediatas.

Sin embargo, advierte que a mediano y largo plazo, no hay manera de garantizar la integridad del edificio, conforme lo había advertido el veterano ingeniero Porfirio Ruvalcaba (ver edición del 19 de abril), quien en estas mismas páginas recomendaba un cambio en el trazo para no pasar por debajo del inmueble y evitar que la operación del tren generara una presión permanente al viejo edificio colonial.



Estos son los detalles del informe de Fernández Acosta:

"El viernes 28 de abril, por la mañana, tuve oportunidad de entrar al templo de San Francisco. Lo primero que vi me dejó perplejo y pasmado, no podía dar crédito. Miré hacia arriba y vi las bóvedas y sus nervaduras fracturadas de manera transversal, junto con los muros que las soportan, pero, lo que en realidad me sorprendió fue observar los tensores colocados en el áreas de los tímpanos de los arcos, tensores que, además, no están dispuestos al nivel de los sálmeres [ver glosario anexo] –como debería ser– en el arranque del arco, sino más arriba, a una altura inconveniente para las posibles solicitaciones [presiones] y esfuerzos a las que está sometida la estructura por los diversos movimientos provocados por el paso de la tuneladora o por otras causas potenciales", como serían "asentamientos naturales e inherentes a un edificio con más de 400 años, o sismos".

Asimismo "me percaté de que, obviamente, tales tensores no se instalaron en el eje de los arcos fajones, como debería ser para garantizar que los empujes hacia los lados no propendan a colapsar la fábrica. Vi también que, de manera longitudinal, en toda la nave y sus bóvedas vaídas con nervaduras, se observan grietas en las escopetas y tendeles adjuntos a las claves de los arcos fajones así como en los trompillones de las bóvedas, es decir, la estructura está fracturada en ambos sentidos conformando básicamente cuatro secciones a partir de las grietas. También hay daños en las cúpulas adjuntas a la nave principal, no así en la torre ni en la cúpula mayor sobre el presbiterio. Así mismo hay grietas en la ventana del coro y en las hornacinas de fachada".

Posteriormente "subí a la azotea del edificio y el desencanto fue mayúsculo. Las bóvedas y la azotea presentan fracturas y grietas de consideración que, de acuerdo con mediciones y estudios realizados por peritos especializados, se abren a una velocidad preocupante e inclusive existen algunas que indican e implican riesgos mayores de colapso súbito. En el ascenso encontré sobre sendas ventanas, en cada uno de los muros laterales, unos marcos metálicos que nada confinan y cuya presencia estructural es incomprensible y antifuncional".



Cabe decir "que en ningún caso encontré testigos para medir y verificar el comportamiento y los desplazamientos de las estructuras metálicas tanto de los tensores como de estos marcos. Si hay algunos muy pocos testigos de yeso o marcas para medir el comportamiento de las grietas en los muros".

De este modo, se trata de "una situación muy preocupante ahora, relativa a los agrietamientos y fracturas en las azoteas, toda vez que no hay evidencia de un proyecto de intervención que garantice la seguridad estructural y mucho menos la estabilidad y, aún menos, la protección impermeable contra las lluvias inminentes y la potencial infiltración de agua a través de las fisuras". Es decir, podría presentarse una primera crisis posterior al paso de la tuneladora dentro de este mismo mes, o a más tardar, en junio. "Esta circunstancia pone en serio y grave riesgo la fábrica en virtud de la fragilidad y permeabilidad de las cubiertas".

Fernández Acosta estima: "Tal parece que no existe interés en torno al patrimonio por parte de las autoridades federales a cargo del proyecto de la línea tres. Tal parece que su único afán es la infraestructura y así, las cuestiones relacionadas con la importancia histórica y simbólica del templo pasan de plano a evidenciar y exhibir su total desprecio por el valor de la cultura".



El consultor responsabiliza al titular del Sistema Tren Eléctrico Urbano (Siteur), Rodolfo Guadalajara, a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la empresa española que coordina la obra, tanto como quienes la ejecutan, "ante la muy lamentable tragedia que podría implicar el derrumbe del templo de no tomar medidas precautorias inmediatas y necesarias".

¿Qué fue lo que sí se hizo y cómo se hizo? "... lo que se ha hecho se ha hecho mal: desde la inyección al subsuelo para pretender estabilizarlo en sólo un sector del edificio –lo cual provocó asentamientos diferenciales y hundimientos considerables– hasta los inadecuados procesos de implementación de una incorrecta estrategia de sustentación antisísmica, es decir, no existe una lógica de solución estructural que garantice la permanencia del edificio y sí existe un discurso que pretende minimizar o aún anular los voces e inteligencias críticas y objetivas de expertos en geología, mecánica de suelos y en procesos edificatorios, que están pendientes e interesados por el comportamiento del templo y su conservación".

El experto señala que estos problemas pudieron ser evitados, pero la opacidad "y ausencia de transparencia" lo impidieron en todo el proceso. "No se conoce el proyecto ejecutivo integral, no existe evidencia de un programa de intervención para salvar la estructura, hay absoluto desinterés y desprecio por encontrar y proveer las soluciones convenientes y correctas. Hay contubernios y silencios incomprensibles contra el patrimonio".

Y se pregunta, "¿Qué pasa con el Instituto Nacional de Antropología e Historia? ¿Qué hacen el gobierno del Estado y la Secretaría de Cultura? ¿Cuál es la postura de Obras Públicas de Guadalajara? ¿Cuánto van a esperar para que ocurra una desgracia lamentable". Sólo se registra intervención de Protección Civil del municipio, concluye.



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Claves

Glosario

Tensor. "Es un cable de acero que se coloca para evitar que la estructura se "abra" por los empujes hacia los lados"

Dovela. "Son las piedras de cantera con forma de trapecio que forman el arco. El salmer es una dovela".

Salmer. "es la pieza de cantera que recibe la carga justo donde inicia el arco"

Arcos fajones. "Los arcos transversales al sentido longitudinal al edificio"

Trompillón "es la dovela clave en una bóveda. La pieza central superior. En el arco es la pieza central en la cúspide"



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El contexto

La construcción subterránea del túnel para la línea 3 del tren ligero por el centro patrimonial de la ciudad implica riesgos porque se trata de una zona poblada de edificios antiguos cuyas normas de edificación y cimentación datan de otros tiempos, y no se consideró el eventual paso de un túnel en su subsuelo, lo que ha traído polémicas por la aparición de grietas debido a las vibraciones, y las posibles consecuencias a largo plazo. El caso más importante es el templo de san Francisco, que comenzó a edificarse en el siglo XVI, porque el túnel le pasa por debajo. Si bien, la perforación no ha colapsado el edificio, ha dejado daños cuyas consecuencias deberán determinarse para prevenir daños mayores.

SRN

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