CRISIS PESQUERA EN LA COSTA DE JALISCO / 5
Pescadores artesanales capturan especies protegidas a favor de la pesca deportiva debido a la escasez de otras variedades; reclaman abrir el pez dorado, que se comercializa abiertamente en Sudamérica, del cual la foto ofrece un ejemplar
Agustín del Castillo / Costa de Jalisco. MILENIO JALISCO
Se coma la pieza al carbón, en cebiche o filetes, si son peces dorado, vela y marlín, los restaurantes mexicanos tendrían que ofrecerlos como productos importados, pues su pesca con fines comerciales está prohibida en los mares del país para proteger la pesca deportiva, actividad que según el sector oficial, genera derramas anuales de mil a dos mil millones de dólares.
Pero no es así. En la costa de Jalisco la captura incidental de esas especies sigue aumentando, en el contexto de una crisis ambiental que ha llevado a la reducción de otras especies tradicionales de la pesca artesanal, y la depresión económica que ha arrastrado a los dueños del oficio.
“No, sí se puede pescar —ataja don Alejandro Trujillo Hernández, líder de la pesca artesanal en la Costa Sur del estado—; y por qué, pues porque no nos queda otra alternativa, la gente tiene necesidad, y eso te obliga a hacer esa pesquería…”.
— ¿Pero cuál es la situación legal del pez dorado, que es el más común en esta región?
— Es una especie reservada para pesca deportiva, y qué es lo que hace uno, una pesca incidental.
— ¿No los molestan la Semarnat o la Marina?
— Eso es lo peor de todo, las consecuencias que estamos teniendo en al ambiente pesquero de la costa, las carencias que hay; deben de tener un criterio, decir, vamos a modificar la ley de manera que el dorado sea pesca comercial, porque si no nos perjudican; y aunque nos infraccionen, lo vamos a seguir haciendo, porque hay una gran necesidad, […] yo a los del gobierno les dije que me gustaría que hicieran un censo socioeconómico a todo pescador, y que se viniera un grupo de 15 a 20 [inspectores], que se vaya uno en cada lancha, para que vean si sacamos lo que la ley nos permite, y a ver si con esa pesca podrían mantener a sus familias […] hacer un estudio y decir, esto tiene que modificarse, aquí hay esta otra opción, pero que sea gente que realmente aporte datos objetivos, porque ya ha habido daños físicos entre los pescadores y los de la deportiva; dicen los de pesca deportiva que tienen ellos derecho a hacerlo, pero también es muy clara la ley que sólo puedes sacar dos o tres especies, no sacar de a 15 a 20 que luego comercializan.
Al Coryphaena hippurus o dorado (ver foto de arriba), se le conoce como pez perico en los mares de Perú. Allí no es especie protegida, sino que es objeto de explotación comercial intensiva, y lo mismo sucede en el vecino Chile. En el caso peruano, los ejemplares llegan en grandes cantidades, “accesibilidad que se ha incrementado en estos últimos años con capturas superiores a 30 mil toneladas, como consecuencia de intromisiones repetidas de aguas cálidas frente a la costa peruana”, señala el estudio Biología y pesquería del perico, elaborado en 2008 por científicos del Instituto del Mar del Perú (disponible en Internet: http://www.imarpe.pe/imarpe/archivos/informes/imarpe_inform_blgia_y_pesq...).
No obstante su calidad de migrante, se desconocen aspectos de su ecología. Los pescadores artesanales de Barra de Navidad consideran que se trata de la misma población que llega a sus aguas. De este modo, al impedir la captura comercial, dicen que México estaría cuidando el negocio… de peruanos y chilenos.
El lobby de la pesca deportiva es poderoso, porque la integran los grandes empresarios turísticos del país. Su representación en el Congreso de la Unión es importante: lo refleja la iniciativa del diputado panista Arturo de la Rosa Escalante, quien propuso una reforma a la Ley General de Pesca y Acuacultura tendiente a aumentar el rango de exclusión de la pesca de las tres especies (también llamadas “de pico” o “picudas”), que en la actualidad se limita a 50 millas náuticas desde el litoral.
“La verdad, nos están depredando fuerte las especies y las autoridades no hacen nada, y a la larga se perderá esta gran riqueza y la oportunidad que genera para miles de mexicanos, que es mucho mayor a lo que da la pesca comercial”, asegura un pescador deportivo de Barra de Navidad, dispuesto a ilustrar lo que llama “las formas de abuso” y “la agresividad” de los pescadores artesanales en el área.
El director del departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras de la UdeG, Francisco de Asís Silva Bátiz, pide que se haga un debate serio y objetivo. “Hay una gran existencia de dorado, y hay que fundamentar si lo mejor para el país es mantener la reserva, aunque sea a costa de la economía de los sectores más depauperados”. El debate sigue abierto.
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Estadística, voluntad para el autoengaño
Para una teoría del juego: los pescadores de dos cooperativas de la zona de Careyes proponen a la autoridad federal vedar el ostión y la langosta en el área más importante para su reproducción, debido a la sobreexplotación, pero el gobierno federal les niega la medida, pues sus cifras revelan una abundancia sin igual de esas especies. ¿Quién dijo la verdad?
“Ellos se propusieron vedar ostión y langosta, porque se iba para abajo; propusieron autovedarlas, y para hacerlo más fuerte y obligar a los que van a pescar desde otras zonas a respetarlo, le pidieron a la delegación [de la Sagarpa] que se los oficializara; ésta pidió la opinión técnica al CRIP [Centro Regional de Investigación Pesquera] de Manzanillo, que ahora depende de la Conapesca y es la instancia técnica que genera todos los dictámenes que avalan este tipo de normativas; ellos hicieron el análisis a partir de los registros oficiales, y resulta que el dictamen fue que la pesca no estaba amenazada, sino boyante, y que incluso aguantaba un poco más de capturas”, destaca el investigador de la UdeG, Enrique Godínez Domínguez.
Si la verdad está en los números, no es menos cierto que con los números se puede mentir. Y en el caso de este olvidado sector de la economía primaria, es una realidad asumida voluntariamente por las dependencias gubernamentales responsables, destaca el experto.
“Es absurdo, los pescadores que no sabían de las estadísticas oficiales pero sí de su experiencia directa que apunta al agotamiento del recurso, se sorprendieron al ver los registros de las tendencias oficiales; la gente cuando habla de complejidad en este tema, hasta cuesta explicarlo, […] en el caso de la pesca casi todas son cosas de excepción, porque la mayor parte de las explicaciones son algo surrealistas”, añade.
Su explicación: “Las estadísticas pesqueras en registros oficiales de producción son las que menos valor tienen; la FAO [Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación] en más de una ocasión desacreditó todas las estadísticas pesqueras de muchos
países, incluyendo las de México”.
¿Cómo se integran? “La forma básica de captación de información pesquera es una especie de informe que rinden las sociedades cooperativas, o todos los pescadores con permiso, y son avisos de arribo; significa que cada mes presentan una relación por kilos de las diferentes denominaciones”. Dicho informe no tiene más rigor que el dicho del pescador, que lo altera fácilmente “porque ha aprendido con las instituciones a hacerse ladino” para evitar problemas.
Por ejemplo, “pesca decía, necesitamos incrementar los volúmenes de producción en 30 por ciento en este trimestre, y los pescadores obedecían y reportaban 30 por ciento más, y se acostumbraron a hacerlo, porque la secretaría tenía resultados y ellos estaban en paz”.
De este modo, la estadística ni de lejos refleja la tendencia a la baja y la posible extinción de pesquerías tan valiosas como el ostión, o la fuerte merma del huachinango. Los investigadores de la UdeG han debido en sus proyectos elaborar estadísticas propias con base en algunas cooperativas más desarrolladas, que reportan datos reales porque con base en ello obtienen deducciones fiscales y subsidios por embarcación. Es el caso de las cooperativas de Barra de Navidad y La Manzanilla, que registran la caída drástica de especies valiosas (MILENIO JALISCO, 30 de julio de 2013).
Por si fuera poco, la estadística oficial no discrimina las especies. La contabilidad de pargos, por ejemplo, agrupa de cinco a seis especies, y de ese modo es difícil acreditar los problemas reales. Otro grupo de 50 a 60 especies son agrupadas como “secundarias”.
“El sistema enseñó a mentir a los pescadores, que del sector primario son los más ladinos, recelosos y supersticiosos, […] por si fuera poco, del lado oficial la secretaría se degradó a una modesta parte de la Secretaría de Agricultura [Sagarpa]”. Así, las cosas no pueden mejorar, aunque las cifras oficiales indiquen prosperidad o minimicen problemas. La primera pregunta de este texto es fácil de responder, una teoría para juego de niños.
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