sábado, 9 de noviembre de 2013
Riesgo para una economía que vale 1,300 mdp
La hidroeléctrica Las Cruces cortaría el flujo del río San Pedro, lo que podría destruir un rico tejido social y económico en uno de los estados más rezagados. Fotografías de Marco A. Vargas
Agustín del Castillo , enviado / Costa de Nayarit. MILENIO JALISCO
"Si las marismas tienen vida se la deben al río”, señala contundente Héctor Saúl Salazar Virgen, representante de los pescadores de la zona de Las Haciendas, un emporio productivo amenazado por el represamiento del río San Pedro, que impulsa desde hace un lustro la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en las montañas nayaritas.
“Este sistema es muy rico en producción de especies, debido a que el río, en su trayecto, acarrea un montón de nutrientes como nitratos, fosfatos, carbonatos, y la diferencia de densidad del agua dulce a su encuentro con el agua salada; con la ayuda de la energía solar se hacen los procesos de fotosíntesis y abunda el alimento, lo que hace posible que prosperen muchas formas de vida que son el sustento de unas siete mil familias de toda la amplia mancha de las Marismas Nacionales”, añade el productor, preocupado de las consecuencias que pueda tener la interrupción de ese flujo milenario desde las tierras altas de Durango y Nayarit; unos kilómetros al sur de la región, el río Santiago, represado hace 20 años, es vivo ejemplo que justifica sus peores temores.
Por ello, Héctor Saúl está sumado a las gestiones del Consejo Intercomunitario para el Desarrollo Sustentable del Río San Pedro, en el que se han aglutinado las fuerzas productivas de la costa norte del estado.
Buscan frenar la tentativa de la paraestatal de edificar la cortina de Las Cruces en territorio de los nayeri, donde “los altos intereses nacionales” apelan a todo en busca de la anuencia de los coras: promesas de desarrollo, información sesgada, chantajes, fomento de divisiones internas, actos jurídicos simulados y advertencias cada vez menos veladas de los poderes de Tepic, comprometidos totalmente con la obra.
“Enfrentamos una seria amenaza para la calidad de nuestras tierras; las avenidas estacionales del río permiten que la agricultura se nos dé con bajos costos en paquetes tecnológicos porque las tierras se fertilizan en las crecidas del temporal, y de octubre a enero nos deja todo en óptimas condiciones para siembras del jitomate de hoja, el jitomate rojo, el chile, el pepino, el frijol, el maíz, el sorgo, el tabaco”, explica Jorge Alberto Dávalos González, agricultor y profesor en Tuxpan.
La cuantificación de los bienes en riesgo de 21 comunidades con unos 180 mil habitantes que se han sumado al Consejo Intercomunitario explica la preocupación: cada año se genera un valor bruto de 1,297 millones de pesos, casi 80 por ciento del cual corresponde al sector agrícola. Los empleos directos generados son alrededor de 12 mil (ver gráfico anexo).
Pero el riesgo no es solamente económico: la reducción de aportaciones de agua dulce a los esteros condenará a muchas especies a desaparecer, mientras el empuje irresistible del mar en ascenso convierten a las Marismas Nacionales en escenario privilegiado de las pesadillas más emblemáticas del cambio climático. ¿Sobrevivirán a 50 años de errores humanos locales y globales?
VIEJOS PROBLEMAS
Marismas Nacionales “es una región muy especial […] su complejo arreglo hidrológico reúne la descarga superficial de sus 12 ríos —diez con destino lacustre y dos marino— y subterránea de sus acuíferos aluviales […] a un sistema estuarino interconectado de 175 mil hectáreas, protegido del mar por llanuras litorales de barreras arenosas, pero comunicado a la marea mediante 14 bocas marinas”, señalan los participantes del estudio Diagnóstico Funcional de Marismas Nacionales, coordinado por el investigador de la Universidad Autónoma de Nayarit, José Manuel Blanco y Correa.
De esa superficie de “humedales forestales estuarinos —manglares incluidos—, alrededor de 135 mil [77 por ciento] sufren alteración mareal”, y entre cinco mil y diez mil hectáreas, de 2.8 a 5.5 por ciento, han desaparecido bajo el mar “por erosión litoral en las playas de El Rey, Boca Cegada, El Colorado, Las Haciendas, Novillero y El Majahual”; cerca de cinco mil ha más “acusan efectos del desequilibrio hidrosedimentario de sus ríos —en la marisma La Chayota y las lagunas y cañadas de Mexcaltitán—. Todos estos fenómenos se reflejan en más de 15 mil ha con deterioro actual perceptible en imágenes de satélite. Tales síntomas generales sintetizan, junto a una docena de otros menores, el deterioro ambiental acumulado y sinérgico de, al menos, cuatro a seis décadas recientes de interacción de diversos factores” (el informe completo se puede leer en http://issuu.com/proregiones/docs/marismasnacionales).
En particular, el impacto de las hidroeléctricas del Santiago “está en el origen del secuestro sedimentario que ha retenido cerca de 80 por ciento de la carga sedimentaria litoral de Marismas Nacionales”; por ejemplo, en las playas de la zona de Las Haciendas “refieren sus habitantes más longevos la existencia de hasta 15-18 pozos [sic] que fueron de agua dulce y hoy están en el fondo del mar, como consecuencia de un proceso de transgresión marina en el que probablemente están involucrados la elevación del nivel del mar y el secuestro sedimentario por presas hidroeléctricas que ha invadido cerca de un kilómetro tierra adentro”, detalla el documento.
Añade: “Hay impactos de carácter regional que han sido generados por organismos públicos con gran irresponsabilidad ambiental: la transformación drástica de los regímenes hidrológicos [fluviales, freáticos y mareales] debida a grandes obras de ingeniería insustentables en la intervención de ríos [presas hidroeléctricas, diques fluviales carreteros en los Ríos Santiago y Baluarte], en la apertura/cierre artificial de bocas litorales [El Rey, La Ensenada y Cuautla], en el secuestro acuícola motorizado del flujo mareal [Aquanova Boca Cegada, Matatipac, Escuinapa, Aquanova Chametla], y en el secuestro acuícola por dragados del flujo mareal [Agua Grande, La Muralla]. Este otro tipo de presiones ambientales, a diferencia de las locales, provocaron impactos regionales, siempre sinérgicos entre sí y con los locales, de carácter comúnmente irreversible, y que han cambiado las tendencias, incluso milenarias, de los procesos costeros”.
A toda esta acumulación de factores destructivos se añadiría Las Cruces. Y no es menor. El experto de la UAN recientemente declaró que sería una puntilla para todo el sistema ambiental, tan valioso para el mundo, que ostenta una decena de títulos de protección formal que no han sido suficientes.
LUCHAS IMPOSTERGABLES
El pasado 9 de septiembre, los miembros del Consejo Intercomunitario se manifestaron por las calles de la pequeña ciudad de Tuxpan, el corazón de esta economía que vive momentos de cambio, en exigencia de que no se edifique la presa.
“Mientras son muchas las normativas que protegen al manglar de los madereros, es una contradicción y lamentable que se quiera cometer un ecocidio de tal magnitud en la zona de marismas con el proyecto hidroeléctrico”, se quejó Ismael Rodríguez. En Tepic piensan que Las Cruces es una gran oportunidad para que Nayarit salga del sótano del desarrollo social del país. El diálogo entre ambas visiones ha sido imposible.
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La exigencia
-El Consejo Intercomunitario para el Desarrollo Sustentable del Río San Pedro ha lanzado un manifiesto al gobierno federal, con los siguientes puntos, reproducidos de forma literal, en busca de impedir la edificación de Las Cruces:
-1 El agua del río San Pedro Mezquital es la base fundamental de la inmensa riqueza natural, productiva, cultural, histórica y social de toda la cuenca. El río San Pedro Mezquital ha constituido durante siglos un patrimonio sagrado de los pueblos nayeri y wixarika, que habitan en la cuenca donde se asientan sitios sagrados y centros ceremoniales fundamentales para la vida de sus comunidades
-2 Las funciones ambientales, económicas, sociales y culturales que cumple el Río San Pedro Mezquital son posibles gracias a que éste ha vivido en libertad hasta el día de hoy. Tan sólo en términos de valor económico, sus funciones ambientales representan mil 300 millones de pesos anuales para los sectores agrícola, ganadero, pesquero y de turismo
-3 El río San Pedro es el afluente principal de agua dulce en la región de Marismas Nacionales, la cual cumple funciones ambientales de enorme trascendencia regional, nacional e internacional y hace posible la reproducción de la enorme biodiversidad de la zona. De igual manera, sirve como barrera natural ante fenómenos meteorológicos cíclicos o extraordinarios y la intrusión de agua de mar, limpiando al mismo tiempo agua, aire y tierras de la zona. Por todo esto, Marismas Nacionales ha sido una zona reconocida y protegida por distintas convenciones nacionales e internacionales
-4 Actualmente, Marismas Nacionales registra daños acumulados provocados por los efectos negativos de la construcción de la presa de Aguamilpa y el Canal de Cuautla, así como la elevación acelerada del nivel del mar y el aumento sensible de la intrusión de agua salina en la región
-5 El proceso diagnóstico para evaluar la pertinencia ambiental, económica y sociocultural de la obra, se ha realizado de forma poco transparente, nada incluyente ni participativa y en ocasiones hasta ilegal. Los resultados de los estudios técnicos para determinar la factibilidad de la obra no han sido objeto de discusión científica y social abierta como lo amerita un asunto de interés claramente general como éste
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