domingo, 6 de mayo de 2012

Maná, la huella de carbono y La Primavera



Un proyecto de mitigación de cambio climático ha echado a andar a la banda tapatía en los bosques de Ahuisculco, principal corredor biológico de la zona

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

A nadie sorprendió que el presidente Felipe Calderón, en su reciente visita a la base aérea de Zapopan para encabezar la primera evaluación de los daños del bosque La Primavera por el megaincendio del 21 al 26 de abril, se desviara de su camino hacia el helicóptero Puma para estrechar brevemente la mano derecha de Augusto Chacón, director de Selva Negra AC, el brazo ecologista de la banda de rock Maná.

Es conocida la devoción de fan que el mandatario profesa a la agrupación musical jalisciense más famosa, con fuerte presencia en Estados Unidos, Sudamérica y Europa. Lo que no es tan conocido es que esa relación privilegiada ha sido aprovechada por Fher y sus secuaces para tratar de influir sobre el Presidente en una de las políticas públicas más vitales de nuestros tiempos: la protección de bosques y selvas.

Selva Negra coordina inversiones y aplica recursos propios en tres áreas del país: las playas tortugueras de Oaxaca, la sierra Huichola de Jalisco y el agobiado bosque La Primavera, a las puertas de la segunda zona metropolitana del país. Es en éste último caso en que los rockeros tapatíos se han comprometido de forma específica a reintegrar al medio natural mucho de lo que puede una banda internacional de música dañar con una huella de carbono extendida por miles de kilómetros de vuelos, por la movilización del enorme equipo, y sobre todo, los traslados de cientos de miles de fanáticos a los sitios de los conciertos.

El proyecto para compensar ese impacto está enclavado en el ejido de Ahuisculco, en Tala, sobre el último de los grandes corredores biológicos que le sobreviven al amenazado bosque.

Chacón Benavides reconstruye la historia: “Hace tres años nos dimos a la tarea de intentar saber cuántas eran las emisiones de bióxido de carbono de una gira de Maná, nos parecía lo mas lógico saber eso y actuar en consecuencia; es decir, tratar de cubrir esa huella ecológica, en la medida de lo posible, y también era tiempo de hacer algo por La Primavera y el entorno de Guadalajara; y como a final de cuentas el impacto de una medida así es global, da igual dónde la hagas […] nos acercamos a la dirección del bosque, les gustó el proyecto; para mi buena suerte estaba haciendo un estudio de corredores ecológicos, ahí Arturo Balderas Torres, un joven doctorante de la universidad Twente, en Holanda, también tapatío, y aceptó ponerse a medir las emisiones de una gira de Maná”.

El investigador egresado del ITESO, con dos de sus discípulos, aceptó el reto.

En mayo de 2009, “recibió toda la información del tour de Maná, del stand manager, de la gente que se encarga de los viajes, de los promotores en Estados Unidos, España, Argentina, para ver todos los detalles: descargas de aguas residuales, los tipos de comida que se venden, formas de traslado, y poder medir todo”.

A finales de ese año, “Arturo y su equipo llegaron a una medición, en estándares internacionales, de cuánto bióxido de carbono equivalente por consumos de diesel, de gasolina, de turbosina; cuánto por ocupación hotelera por restaurantes […] a grandes rasgos la cifra quedó, midiendo la gira anterior, ‘Amar es combatir’, en diez mil toneladas de bióxido de carbono”.

El componente más importante de esas emisiones es el del público que va a los conciertos, con 55 por ciento de las emisiones; “a partir de eso, nos preguntamos qué superficie necesitaríamos reforestar para compensar a la atmósfera esa emisión de bióxido de carbono que produce una actividad económica; el cálculo de Arturo junto con Francisco Quintero, asesor de Selva Negra, y de la gente de La Primavera, fue una reforestación de 80 hectáreas, dependiendo de la especie y de su supervivencia, lo cual nos daría esa recuperación del CO2 en un determinado número de años”.

Además de buscar el espacio, no se quiso hacer la reforestación tradicional, “donde pones una pala en una cepa recién abierta y pones una plantita y dices, yo ya quedé bien con la atmósfera”; se buscaba una reforestación “de la que estuviéramos seguros de su sobrevivencia, y por eso, el proyecto se consideró a diez años”.

El lugar identificado no pudo ser mejor: el ejido de Ahuisculco, que es aledaño a La Primavera, y sirve como corredor para que la fauna pueda moverse hacia las sierras de Quila, del Águila y el volcán de Tequila.

“Se lo planteamos el ejido y estuvieron de acuerdo; y no solo eso, manifestaron el deseo de conservar otras mil hectáreas que son de uso común, y les dijimos, vamos entrando a la conservación de esas 1,100 hectáreas, incluídas las 100 de la reforestación”.

Chacón Benavides, con la experiencia con comunidades pobres en Oaxaca y la sierra, señala que en la organización “no creemos la versión de árboles sanos en comunidades pobres, necesitamos las dos cosas: árboles sanos con comunidades boyantes, y parte importante del componente es rescatar el medio ambiente tan deteriorado, pero también hay que rescatar a la gente, que reciban un pago por el servicio ambiental para los millones que disfrutamos la vida en Guadalajara, y así se lo presentamos al gobierno federal para ver si les interesaba asociarse con nosotros”.

La marca Maná abrió pronto las puertas de Los Pinos, “platicamos con el Presidente y él aceptó; fue todo este proceso que nos llevó casi dos años. Comenzó la nueva gira de Maná y estamos aun en los ajustes técnicos para iniciar la reforestación, el gobierno federal aceptó participar a través de la Conafor [Comisión Nacional Forestal] y estamos haciendo los enlaces técnicos para ver de qué manera podemos apoyar el desarrollo comunitario de Ahuisculco; de parte de Selva Negra ya iniciamos el trabajo apoyados por la UdeG con el CUCBA [Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias], y estamos ya dando talleres a la gente sobre manejo de residuos, tratamiento de fauna doméstica, y también en el desarrollo de hortalizas familiares”. Se ha estimado ya una inversión en diez años de 18 millones de pesos, ocho de los cuales los pondría el grupo de rock.

El proyecto ambiental incluye la creación de un vivero donde se reproducen las especies típicas del bosque de pino-encino; hay además la idea de respaldar proyectos ecoturísticos que permitan aprovechar el gran mercado potencial que es Guadalajara, para entregar la convivencia con la naturaleza a unos minutos de la mancha urbana. Otra idea es rescatar el arroyo que atraviesa el poblado, que ahora se nutre del agua de las cloacas locales y de la basura de los lugareños.

Ahuisculco “tiene graves carencias, hicimos un estudio social y hay problemas de inseguridad, problemas de educación, para la preparatoria tienen que ir a Tala, y en todos estos espacios queremos intervenir para que cobre sentido rescatar el bosque a través de provocar el desarrollo de la gente”, añade el director de Selva Negra. Fher, el vocalista de Maná, anunció este proyecto en julio de 2011, en un concierto en California, lo que movilizó a los paisanos de la zona, que desde Estados Unidos se han comprometido a unir esfuerzos con la banda para sacar del subdesarrollo a su añorado Ahuisculco. “Como el nombre de la gira del grupo, “Amar es combatir”, y este combate, es por La Primavera.

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Claves

Cuando Amar también contamina

► Proyecto: Mitigación de emisiones de la gira “Amar es combatir”

► Objetivo: Compensar el impacto de las emisiones del tour de Maná en una actividad local que tenga resultados verificables y a largo plazo.

Estimación de emisiones

► Transporte de la banda y staff (aéreo y terrestre): Estados Unidos, México, Chile, Argentina, Paraguay, España, América Central, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, República Dominicana: 55 personas, 110,500 km, 472 toneladas de CO2; transporte de equipo, 1,958 ton CO2.

► Emisiones del hospedaje: Gas: calentar agua y preparar alimentos, consumo de electricidad y residuos, 61 personas (grupo-staff-admitivos.), 232 noches: 177 ton CO2

► Emisiones del transporte local (banda, staff y equipo): Al llegar a la ciudad, traslados en cinco vehículos y 25 km/día (rendimiento: 10 km/litro gasolina): 7 ton CO2.

► Equipo: 6 trailers en cada ciudad, 30 km, 8 ton CO2.

► Emisiones de montaje/desmontaje de equipo:

Consumo de 550 kW en cada ciudad a 0.5kg CO2/kW-hr: 23 ton CO2.

Combustible de Plantas Eléctricas (conciertos): cinco plantas operan 18 horas y dos lo hacen 10 horas, por concierto. Seis litros diesel/hora (444 l/concierto), 116 conciertos: 142 ton CO2.

► Transporte local de asistentes a conciertos. (Escenario “pesimista”): 100 por ciento usan transporte particular, tres personas/vehículo, viaje redondo 20 km, 5 km/L: 5,007 ton CO2.

Transporte de asistentes foráneos: 5 por ciento deben recorrer 300 km (viaje redondo) en auto particular, cuatro personas, 15 km/l, igual a 939 ton CO2

► Hospedaje de asistentes foráneos:

5% deben pasar una noche en la ciudad para asistir al concierto, 6 kg CO2/noche-persona: 451 ton CO2.

► Descargas residuales: 10 litros/persona-concierto, 300mg/L (DQO): 233tonCO2.

► Degradación de residuos: 300gr/persona-concierto (un promedio de 4ton/concierto): 35 ton CO2.

Fuente: Fundación Selva Negra / Arturo Balderas Torres

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