sábado, 26 de mayo de 2012

El símbolo de México, en garras de la extinción




Un gran trabajo fotográfico en Jalisco y Zacatecas, del biólogo italiano Fulvio Eccardi, del que ofrecemos algunas muestras, es parte de un gran proyecto para rescate de la rapaz, cuya situación es precaria en el noticiero nacional

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

Según el historiador Antonio Peconi, el primer italiano que llegó a México, hispanizó su nombre a Juan Bautista, “vecino de Colima, nacido en Berazy [Varazze] en el territorio de la Señoría de Génova, hijo legítimo de Bartolomé y Ana Blanca, que fue a Cuba en 1517, y estuvo en algunas armadas que se hicieron en servicio de Su Majestad, que pasó a la Nueva España con Grijalva en su descubrimiento y que volvió ahí con Pánfilo Narváez y se halló en la conquista de la Nueva España y de esta ciudad, en la de Pánuco, Michoacán y Zacatula y Yopelcingos y costa del Sur y Colima y Jalisco …”.

Casi cinco siglos después, el biólogo y fotógrafo de la naturaleza Fulvio Eccardi, nativo de Trieste, en la zona de influencia de la rival medieval de Génova, Venecia, ha venido también al occidente mexicano a poner su grano de arena para recuperar a uno de sus más fabulosos tesoros: el águila real o dorada (Aquila chrysaetos), el símbolo nacional de México, que tiene uno de sus últimos reductos en los cañones de Jalisco y Zacatecas, entre Mezquitic y Monte Escobedo.

No es nuevo para él: su asentamiento mexicano data de más de 40 años, en que de forma insospechada se enamoró de la variopinta geografía de este país y de su enorme pluralidad cultural. De este modo, de interesarse por los bosques de niebla de la Sierra Madre de Chiapas y la conservación del hábitat del sorprendente quetzal, a partir de 2006 penetró en los caminos del desierto mexicano, en busca de la huidiza águila sagrada de los mexicas.

Sus hallazgos fotográficos son únicos en la historia del ave mexicana, pero también el conocimiento ha traído la certeza de la precaria situación de la gran rapaz: hay unas setenta parejas documentadas en el país. El riesgo de desaparición es tan real como el nombre.

La semana pasada, los tapatíos tuvieron la oportunidad de ver una pequeña muestra de ese trabajo fotográfico en la ExpoGuadalajara, en el contexto de Papirolas 2012. Pero el naturalista, que además encabeza el Fondo de Conservación de la reserva de la biosfera de El Triunfo, en Chiapas, confiesa a MILENIO JALISCO que espera la oportunidad de un gran escenario como el Hospicio Cabañas para desplegar el espléndido trabajo completo.

El ave evasiva

¿Este ha sido un trabajo complicado?

Así es, el águila real como símbolo vivo. Yo no sabía nada de esta especie. Esto es un trabajo fotográficamente hablando más laborioso y más complicado que el del quetzal, y todo el proyecto se originó por un hecho, un número: son 70 u 80, y si no hacemos algo, se va a extinguir de México. Finalmente ha sido el cambio de uso de suelo, la cacería, que es la mala de la película; antes el lobo era el malo y ahora es el águila la mala, y si un becerro se muere en la noche por el frío, y en la mañana ven a un águila puesta sobre el becerro, entonces el águila lo mató, y el que mate a un becerro es algo muy eventual, muy complicado, un águila pesa como seis kilos y medio, y un becerro chico como 20 kilos.

Son como las historias de lobos que se llevaban niños o de osos que se llevaban mujeres…

Exacto. Comenzamos a trabajar esto hace cinco años. Me ayudó mucho en Monte Escobedo un guía llamado Carlos Carrillo, que es un campesino autodidacta que tiene un conocimiento de la región y del águila muy impresionante. Pregunté y había una foto por ahí, otra por allá, pero un trabajo serio no había; de ahí me acerqué al Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, y aceptaron empezar un programa para rescatar e incrementar la población de águila real, con un programa parecido al que se hizo en Estados Unidos, a lo largo de 35 años, para la recuperación de la población del águila calva, que es el símbolo de ese país, y acabamos ya la primera fase que duró cinco años, y armamos una exposición también con piezas prehispánicas, que fue presentada en el castillo de Chapultepec, luego en el ex convento de Santo Domingo en Oaxaca […], en Chapultepec la vieron 169 mil personas.

Fruto de ese trabajo es la edición de un libro, una pagina web, www.aguilarealmexico.org, “armamos el proyecto y somos los responsables del programa de comunicación, nosotros que somos Gaia editores, una pequeña casa editorial, y hacemos exposiciones. Paralelamente ha habido un camino muy largo que ha culminado hace un par de meses con una serie de reuniones en la cuales colaboraron todos los expertos de la rapaz de México”.

Complicaciones

Las águilas son muy huidizas del ser humano, ¿eso dificultó el trabajo?

Si vas con rancheros y a tres kilómetros hay un nido de águila real, y les preguntas si la han visto, muchos dicen que no; el águila real es el animal con la mejor vista del planeta, ve un conejo a dos kilómetros, es como si leyeras un periódico a 100 metros”.

Agrega, que no le gusta que la vean; nuestro trabajo era identificar lugares de perchas, nidos, y poner escondites, ver el tipo de tela, cómo hacerlo en la sombra, pegado a un muro, con todo un desarrollo, caminar de noche sin luz hacia su nido y hacer el escondite, si hay luna todavía, te ayuda, pero no puedes usar lámpara, y caminar sin lámpara es muy complicado; entonces ha sido un trabajo de mucha paciencia, de días y días, podías estar en el escondite por días y no tomabas ni una foto, y hubo ocasiones en que tomé 700 fotos en dos horas.

¿Esa será esa la clave para que sobreviva?

De alguna forma sí, construimos los escondites con plástico negro, de manera que no nos viera en contraluz, y nos quedamos como diez horas sentados en una silla que son hechas para los cazadores de guajolote, que son muy cómodas; nos turnamos, ya que es muy cansado, además, los escondites tienen un ángulo de visión muy limitado. Ahí dormimos, a veces es foto y video al mismo tiempo, y a veces un guía a dos kilómetros con un radio nos dice, ahí viene […] y ha sido muy complicado.

El águila real es la mayor de las Américas. La harpía de las selvas del sur es más poderosa, pero corta de tamaño debido a que vuela sobre el dosel de la jungla; la calva es fundamentalmente pescadora, de gran talla, pero no como las reales.

¿Hay mucha diferencia entre macho y hembra?

Ah sí, una hembra llega a 2.10 metros, de punta a punta de las alas, y el macho llegará a 1.80, quizás sea una ventaja adaptativa para la cacería, aunque a veces cazan juntas, y el macho, como es más chico es más ágil.

La pareja que más ha fotografiado Fulvio la forman Libertad, la gran hembra, y Cuitláhuac, el laborioso macho. “Esta hembra nos ha regalado en el tiempo muchas fotos, tuvo dos pollos en un año; el macho, les trae la pechuga y las patas de un guajolote joven, los pájaros chicos como los colibríes molestan a las águilas, pero éstas son muy pacientes, y nomás cierran los parpado. Estas fotos demuestran una historia dentro de la historia, cuando revisé me di cuenta que el macho traía un anillo casero, entonces hable con el guía y me dijo que hace 15 años rescataron un pollo que se había caído de un nido lleno de parásitos, que lo embadurnaron con manteca de cerdo para quitárselos, que le dieron de comer, la enseñaron a cazar, que le soltaban animales, y que en un acto público en el pueblo la soltaron; que 15 años después nos encontremos con este macho demuestra que valió la pena.

Está comprometido con la recuperación de la rapaz, serán en una primera etapa al menos 30 años de trabajo paciente, de reeducar a quienes pueden afectar al ave, de contener cambios de uso de suelo y de cambiar infraestructura dañina, como los cables de alta tensión de Janos, en Chihuahua. Todo por salvar la magnífica ave de los mexicas, que todavía admiró en abundancia el primer paisano de Eccardi, Juan Bautista, vecino de Colima, hace casi 500 años (Antonio Peconi, “Italianos en México: la emigración a través de los siglos”, México, Instituto Italiano de Cultura, 1998).


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Claves

Situación legal

► El águila real esta en la norma oficial mexicana (NOM) 059 bajo la categoría de amenazada, aunque según los expertos debería de estar en peligro de extinción

►¿Por qué? En México hay entre 70 y tal vez 100 parejas (nidos) de esta especie, lo que claramente lo pone en esa categoría. Hay una confusión derivada de que es una especie que existe en muchos países, sin embargo, en el caso mexicano, las categorías de la NOM y el MER (método de evaluación del riesgo de extinción) señalan que debería de estar en “peligro de extinción”

Fuente: http://www2.ine.gob.mx/publicaciones/libros/534/cap2.pdf

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