viernes, 1 de diciembre de 2017

La fiesta de los mayores ecólogos mexicanos, en la FIL



Un homenaje a Exequiel Ezcurra, uno de los padres del sistema de áreas protegidas del país, y un coloquio con Julia Carabias y José Sarukhán, una cereza al pastel de la feria.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Lo más eximio del pensamiento sobre la naturaleza y las ciencias ecológicas de México tiene una cita este sábado 2 de diciembre, a las cinco de la tarde, en el salón II del hotel Hilton, en el marco de la Feria Internacional del Libro. Uno de los ecólogos más notables del país y de América, el argentino-mexicano Exequiel Ezcurra, director del Instituto para México y los Estados Unidos (UC Mexus) de la Universidad de California-Riverside, será objeto del Reconocimiento Naturaleza, Sociedad y Territorio “Miguel del Barco”, en honor a un ilustre naturalista jesuita que en el siglo XVIII legó la “Historia Natural y Crónica de la Antigua California”.

Como en los últimos siete años, desde que se instituyó el reconocimiento con un nombre distinto de algún naturalista ilustre, es el Centro Universitario de la Costa Sur, de la UdeG, la patrocinadora del coloquio y homenaje, que contará, además de la notable presencia del homenajeado, la de dos de sus pares más reconocidos: José Sarukhán Kermez, ex rector de la UNAM y actual presidente de la Comisión para Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y de la ex titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap) entre 1994 y 2000, Julia Carabias Lillo, hoy activa defensora de la selva Lacandona y que será próximamente galardonada con la medalla Belisario Domínguez, por el Senado de la República.

De Ezcurra, nacido en 1950, “su trayectoria como investigador, profesor, divulgador de la ciencia y activo conservacionista, es ampliamente reconocida. Como científico, ha hecho importantes contribuciones en ecología de comunidades de plantas y modelaje matemático, en el estudio de las interacciones tierra-océano y sus efectos en ecosistemas terrestres y marinos, ecología y biogeografía de zonas áridas y humedales costeros, conservación biológica y manejo de recursos naturales”, destaca el investigador de la UdeG, y presentador en el VII Coloquio Internacional Biodiversidad, Recursos Naturales y Sociedad, Enrique Jardel Peláez.

“Colaborando con centros de investigación, universidades, asociaciones civiles y dependencias gubernamentales, ha desarrollado numerosos proyectos de conservación, restauración y gestión ambiental. Su intervención ha sido fundamental no solo en la creación y gestión, sino también en la defensa, de varias áreas protegidas, entre estas la reserva de la biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar en Sonora y el Parque Nacional Islas Revillagigedo. En su gestión al frente del Instituto Nacional de Ecología y luego como presidente del Consejo Nacional de Áreas Protegidas, impulsó y facilitó la colaboración entre los diversos actores involucrados en la tarea de la conservación”, añade.

Por su trayectoria sobresaliente, ha recibido el Premio en Conservación Biológica de la Society for Conservation Biology y el Pew Fellowship in Marine Conservation.

La película Ocean Oasis, para la cual elaboró el guion científico, ganó en 2001 el Jackson Hole Nature Film Award y en 2002 el BBC Wildescreen Award. Ha sido también un valioso colaborador de la Universidad de Guadalajara durante más de 30 años, asesorando proyectos como la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán y el Museo de Ciencias Ambientales del Centro Cultural Universitario.

En el coloquio 2017, participan el galardonado, junto con José Sarukhán, Julia Carabias, Martha Micheline Cariño Olvera, profesora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, y Enrique Jardel.

El tema es “paisajes de la esperanza”: La “acelerada expansión global de un sistema económico basado en la producción y consumo intensivo de mercancías, guiado por el afán de lucro y la fe en la capacidad humana para dominar las fuerzas de la naturaleza, ha causado una transformación sin precedentes de las condiciones ambientales del planeta Tierra. La huella de la influencia humana es tal, que ahora se acepta que vivimos una nueva época geológica, el Antropoceno.

La transgresión de los límites planetarios se manifiesta en el cambio ambiental global y la sobreexplotación de los recursos naturales. A pesar del discurso sobre desarrollo sustentable, las políticas dominantes siguen reproduciendo un modelo de crecimiento económico que conduce a una mayor degradación ecológica”.

En contraste, “existen numerosos ejemplos de formas alternativas de interacción de la sociedad con su entorno ecológico. Prácticas vernáculas de agricultura, cuya persistencia es muestra de su sustentabilidad, comunidades indígenas y ejidos que manejan sus bosques de manera sustentable, pescadores que protegen zonas costeras y arrecifes de coral contribuyendo a su conservación y proyectos colaborativos de gestión de reservas de la biosfera, nos ofrecen ejemplos de que otro mundo es posible”.

Como escribieron Bruce Berger y Ezequiel Excurra acerca de las montañas de La Giganta y Guadalupe en Baja California, “hubo un tiempo en que los humanos… eran –éramos– parte de esa naturaleza contradictoria y maravillosa… un tiempo en el que los manantiales del desierto regaban los cultivos de los valles con acequias y canales llenos de verdor, y en el que el agua que bajaba de la sierra era generosamente compartida con el resto de las especies vivas en hermosos oasis de palmas y frutales”, cómo el que aparece en la fotografía de Miguel Ángel de la Cueva en la portada de este texto. Los ejemplos de coexistencia armónica de los seres humanos con la naturaleza, nos permiten pensar en un futuro diferente, en lo que los autores citados llamaron “paisajes de la esperanza”. Discutir las experiencias acerca de la conservación y el buen uso de la tierra, es el tema central de este VII Coloquio sobre Biodiversidad, Recursos Naturales y Sociedad, concluye Jardel Peláez.

GPE

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