miércoles, 2 de octubre de 2019

México descarrila en deforestación cero



Agustín del Castillo / Guadalajara. El Diario NTR

En los últimos cinco años, el gobierno mexicano ha desencaminado la construcción de la estructura institucional y programática que hubiera hecho posible cumplir en 2030 la “tasa cero” de deforestación de sus bosques y selvas; la reducción presupuestal de 61 por ciento entre 2015 y 2020 revela un bajo compromiso con las metas internacionales además de la consecuente debilidad que ha traído a las instituciones ambientales, cada vez con menos capacidades para respaldar a productores forestales y comunidades, dijo el consultor forestal Salvador Anta Fonseca.

En entrevista con El Diario NTR, el experto, asesor de numerosos núcleos sociales del estado de Oaxaca, que tiene alguno de los mejores modelos de éxito en desarrollo forestal, reveló las preocupaciones de sus asesorados, más que en el tema de subsidio directo, en los del papel del extensionismo que cumplían la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), y de programas de avanzada como el Proyecto de Conservación y Manejo Sustentable de Recursos Forestales (Procymaf), creado para apoyar a comunidades rurales en la consolidación de sus emprendimientos, además de que la escasa presencia institucional alienta a la criminalidad al control y saqueo de recursos.

“Estamos varios grupos de la sociedad civil y productores, preocupados porque en estos momentos cada vez hay menos personal de autoridades que atienden a los productores, sobre todo en el sector forestal, de por sí Conafor ya se estaba convirtiendo en una ventanilla de trámites; cuando estaba el Procymaf había un enfoque de extensionismo, pero la Conafor en la administración pasada no tuvo ya interés en apoyar a productores; luego se ha agravado este deterioro de un sector ambiental que se había construido en muchos años, la Semarnat tiene dificultades para dictaminar un programa de manejo, la Conanp tiene poco personal, la Conafor pocos técnicos”, explicó.

Eso es muy importante porque se trata de la primera relación, el primer contacto entre instituciones y los grupos que hacen trabajo para el medio ambiente. Y no se diga el caso de la ´Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. “Profepa trae una caída más fuerte, de muchos años; Semarnat, Conafor y Conanp habían quedado con la presencia en los territorios que se deben proteger, pero la Profepa tiene más tiempo con menos personal, y eso hace difícil atender ilícitos y la no aplicación de la ley”.

Que la inversión diga en retroceso preocupa a mucha gente, pero “no significa que sean muchos los recursos que se aplican, estamos en el tema de las negociaciones de un nuevo marco fiscal porque las empresas comunitarias buscan uno más justo porque pagan lo mismo que una empresa privada; pero si se hace el ejercicio, los recursos de la Conafor no llegan a 12 o 13 por ciento, y ahora son menos; el verdadero riesgo es la poca presencia en las regiones, la gente de las dependencias está en las ciudades, se tardan mucho los trámites, ya no hay presencia institucional, y si bien hay regiones con fuerte gobernanza, permanecen otras muy débiles. El trabajo de extensionismo ayudaba a afrontar problemas de manejo, de plagas, de incendios más recurrentes; hoy, ante la ausencia de gobierno, los grupos de crimen organizado tienen más capacidad de depredación”. Oaxaca y la península de Yucatán tienen fuerte gobernanza en muchas zonas, pero estados forestales como Durango y Chihuahua “deben compartir su actividad con actividades ilícitas, y si el gobierno deja de estar ahí, la gobernabilidad se pierde y la gobernanza se debilita”.

Anta Fonseca consideró que Jalisco y la Ciudad de México, como gobiernos subnacionales, han comprendido el papel de sustituir las ausencias federales, pero no son lo común en el contexto nacional. “Ante la ausencia del gobierno federal parece que algunos gobiernos estatales sí tienen alguna capacidad como Jalisco y Ciudad de México. Dan líneas y pistas de cómo debe ser la política a nivel estatal”.

El experto aborda la problemática de dos programas sociales del gobierno federal: Sembrando vida y crédito a la palabra ganadero. “Un problema es que no vinculan combate a desigualdad y pobreza no a la sustentabilidad, pero debemos reconocer que Sembrando vida es un programa con objetivo de recuperar tierras ociosas, no usadas para agricultura y ganadería, es decir, el centro del programa es interesante y tiene buena intención, es decir, recuperar espacios que ya no eran rentables; la reconversión es buena, es necesario aclarar que no es un programa de reforestación, y si se hace bien, con planificación, con indicadores a desarrollar en el tema de impacto ambiental, que no sea fuerza de deforestación sino al revés, incorporar tierras al uso agroforestal, es positivo; pero hay que estar muy vigilantes para que se haga bien, conozco casos que se hacen bien las cosas y otros no tanto”.

En cuanto a Crédito a la palabra ganadera, “se debe hacer un seguimiento, y tratar de empujar sistemas agropastoriles, alinear programas federales con experiencias estatales, si lo aprovechamos puede derivar en algo bueno, pero si no, será un riesgo”.

- México se comprometió a alcanzar en 2030 una tasa cero de deforestación, ¿sigue siendo asequible?

- Yo creo que esas metas las perdimos desde hace rato; en la administración pasada esto ya no continuó, la nueva está entrando, no veo con claridad que quiera asumir la institucionalidad y los compromisos, ojalá haya alianza entre sociedad civil, productores y la Semarnat, para relanzar esto. Supongo que a finales de este año veremos más claro. Muchos de estos temas se fueron diluyendo, aunque los mantuvo México por compromisos internacionales. Van ya dos secretarios, le damos el beneficio de la duda a Víctor Toledo, quien tiene un buen perfil pero tiene poco tiempo en el cargo, a ver si a final de año ya tenemos algo para ver qué hará el gobierno con estos compromisos.

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